Es el día del salchichón. A Manolo Lama se le ha caído el embutido en directo mientras lo promocionaba… y Twitter no olvida. “Me ha llamado el dueño de la empresa, está encantado”, se ríe a las seis y media de la tarde en la redacción de la Cadena Cope.
Encaja la entrevista entre cámara y micrófono, entre su nuevo programa en Gol Televisión y el vespertino de deportes que dirige a partir de las 20:30h. “Hola, máquina”, “Qué pasa, máquina”, saluda y revolotea por los estudios en busca de un lugar para las fotos. Por el camino, señala un cartel en el que posa junto a sus compañeros. El EGM acaba de encumbrarles por encima de la Ser.
La charla, a golpe de radio. La luz en rojo de la cabina de al lado marca el compás. Ofrece raudo las respuestas, como si su amado Bicho, Cristiano Ronaldo, enfilara la portería del Atleti y tuviera que narrarlo. Lama es de Nokia, reposa sobre la mesa uno de esos ladrillos que podría haber fotografiado el Big Bang y que alertará del apocalipsis vía sms. ¿Para qué cambiar? ¡Dispone de radio!
¿Tiene algo de cierto aquello del fútbol como opio del pueblo o como pócima en manos del político para adormecer al ciudadano?
Tiene algo de cierto, pero la afirmación está trasnochada. La sociedad española es lo suficientemente adulta como para saber qué contenidos escoge y cuáles descarta. Cuando un gran acontecimiento deportivo se impone a la política no es porque se vierta sobre el ciudadano como un brebaje de opio, sino porque nos pone el deporte.
El Atlético-Real Madrid, los últimos partidos de Liga, la final de la Copa…
Claro. El deporte español es el producto más exportable. Es el ámbito donde más felices y realizados nos sentimos. Lo único que une y vertebra España es el deporte. Los catalanes, los vascos y los andaluces están enamorados de Nadal, Márquez, Alonso, la selección de waterpolo…
¿Imagina una España sin fútbol?
La verdad es que no, como tampoco imagino una España sin mar, turismo o gazpacho.
¿Le da miedo que la influencia de Messi y Cristiano sea mil veces más poderosa que la de un intelectual?
No me da miedo, es una realidad. Me parece sano que Cristiano y Messi influyan en los chavales. Me preocuparía mucho más que les influyeran los golfos que han robado y que están en la cárcel. Son dos deportistas que se lo han ganado todo a pulso, a base de trabajo y esfuerzo. Aunque el mejor ejemplo es Nadal: su tesón, su trabajo, su honradez, su capacidad de sacrificio… Todos los niños deberían fijarse en él.
Pero los egocentrismos de las dos grandes estrellas, además de algunas malas actitudes dentro del campo… Usted es padre, ¿Messi y Cristiano le parecen un ejemplo a seguir?
No me gustan algunas actitudes de Cristiano, algunos gestos de Messi, pero también entiendo que están a dos mil por hora en un campo de fútbol. A veces eso lo justifica, otras no. No vetaría la imagen de Cristiano y Messi a mis hijos, sí otras muchas cosas, pero ésa no.
Piqué dijo que en el palco del Santiago Bernabéu se mueven los hilos que gobiernan España en la sombra.
Habría que preguntárselo a él. Es cierto que los palcos del Bernabéu y el Camp Nou acumulan gente influyente de la política, los negocios y las grandes empresas del IBEX. No sé si harán negocios allí, pero seguro que a través del fútbol surge el contacto.
¿Y qué pasa con los hilos de los medios de comunicación? Esta semana publicaba EL ESPAÑOL un extracto de las grabaciones de la Operación Lezo. Un directivo de Atresmedia se jactaba de que el “sándwich al PSOE con La Sexta funciona de cine”.
No me atrevo a dar una opinión sobre periodismo político porque no lo tengo claro, pero sí puedo hablar de lo deportivo. A todos los presidentes de los clubes les gusta influir y mangonear en las opiniones, pero ahí entra en juego la virtud del periodista, que en este país, por fortuna, cuenta con la autonomía suficiente para defenderse.
¿Cree que cada club transmite unos valores diferentes? Vayamos por partes. ¿El Atlético de Madrid?
El Atleti es esfuerzo y trabajo.
¿El Real Madrid?
El gen ganador.
¿Y el Barça?
Espectáculo y belleza.
¿Existe una relación directa entre el aficionado y estos valores?
Creo que las aficiones están muy segmentadas. En cualquier club puedes encontrar honrados y chorizos, izquierdas y derechas, jóvenes y viejos…
Bobby Robson dijo que el Barça es el brazo armado del independentismo catalán.
El Barça no, pero su Junta Directiva comete el error de poner el equipo al servicio de una idea política. Olvidan que muchos de sus aficionados no son independentistas y que ni siquiera han nacido en Cataluña. El Barça es “más que un club”, también para gallegos y cordobeses, a los que no les gusta que su Barça represente un objetivo político, ellos tienen otro. El Barça debe ser de sus socios y de sus aficionados, no una bandera que ensalce el político para lograr sus ideales.
¿Existe el nacionalismo español?
No lo sé. Existe el españolismo, la gente que se siente orgullosa y presume de ello. Sinceramente, todo esto del nacionalismo me parece una paletada. No lo digo con el ánimo de ofender, pero creo que el mundo no tiene fronteras, debemos abrirnos, mirar más allá de los dos metros cuadrados. ¡Salgamos del caparazón! Cuando la gente viaja, se da cuenta de que el españolismo y el nacionalismo, ese sentimiento que parece lo único que vale, es un error.
En una entrevista con este periódico, Javier Clemente dijo no sentirse más español tras haber entrenado a la Selección durante seis años.
Me parece normal. Los entrenadores y los jugadores tienen un oficio, una personalidad y una forma de ser. Jugar en un equipo o defender unos colores no implica que se identifiquen con la idea que quiera proyectar ese club. Entiendo y respeto a Clemente. Tampoco se sentirá más vasco un tío por jugar en el Athletic. ¿Iniesta es más catalán por estar en el Barça? Seguro que no. ¿Si Piqué jugara en el Málaga, se sentiría menos catalán? Tampoco.
El extremo opuesto sería Salva Ballesta entrenando a la Selección de Euskadi o a la de Cataluña.
Me imagino, por sus ideas políticas, que no le gustaría, pero estoy convencido de que si le hicieran una oferta, aceptaría.
El 27 de mayo, Barcelona y Alavés jugarán la final de la Copa del Rey. Tomás Guasch, en esta misma sección, apostó por suspender el partido en caso de que hubiera pitos al himno o a Felipe VI. ¿Cuál es su criterio?
Pitar el himno es una falta de respeto, no sólo el de España, también cualquier otro. Conviene cuidar la educación, más en un evento deportivo como ése. Dicho esto, cada uno tiene la libertad para hacer lo que quiera. No se puede sancionar a los equipos por culpa de un grupo de aficionados que exprese sus ideas políticas en un campo de fútbol. Los jugadores del Barça y el Alavés no tienen la culpa de que se pite al rey. Repito: a mí me parece mal, pero de ahí a sancionar… ¿Qué vas a hacer? ¿Suspender el partido? No.
¿El rey debería plantearse no acudir a la final? A la del baloncesto no siempre va.
Es el rey de todos los españoles, también de los catalanes y los vascos. Debe ir. Imagino que en su profesión y en su sueldo está entender y aceptar que un sector en este país no quiere monarquía.
¿Qué es más difícil? ¿La remontada del Atleti al Real Madrid en la Champions o que el PP gane el partido a la corrupción?
Uf, están jodidas las dos cosas. Es muy complicado que el Atléti remonte, pero veo tan difícil que la corrupción desaparezca en este país… Bueno, es más complicado lo del Atlético.
Cuando el hijo de Rajoy criticó los comentarios de Manolo Lama en el Fifa aquel día en los estudios de la Cope, usted le dijo: “Yo no votaré a tu padre”. ¿Aquello iba en serio?
No, iba en clave de buen rollo con el chaval. Lo que dijo le salió del alma porque Paco González le picó. El presidente del Gobierno me llamó después para disculparse. Le respondí que no tenía por qué hacerlo, que yo tengo hijos tan cafres y tan energúmenos como pudo ser su chaval en aquel momento, aunque repito, a mí no me pareció mal ni me molestó lo que hizo.
En más de una ocasión se ha caricaturizado la afición de Rajoy al deporte.
Me parece bien que Rajoy lea información deportiva. También creo estupendo que lea otro tipo de cosas y que sepa de Economía, de Física, de Historia… Un presidente debe estar puesto en todas las materias, pero si le relaja leer prensa deportiva, ¡bendito sea!
Usted le entrevistó en un momento clave, antes de las elecciones. ¿Qué retrato traza?
Está muy puesto en deporte. Sabe mucho. De ciclismo, muchísimo. En cuanto al fútbol, creo que es madridista, pero le gusta el buen fútbol y si su equipo no lo hace bien, lo acepta. Le veo también muy polideportivo, además del fútbol sigue balonmano, baloncesto, waterpolo… Le gustan el Marca, el As, el Mundo Deportivo, el Sport… Cuando se jubile, se pasará los fines de semana en casa viendo todos los acontecimientos deportivos que le pongan en la tele.
¿Y qué me dice de su gestión política?
Ahí ni entro ni salgo. Dentro de un par de años los españoles diremos si lo ha hecho bien o mal.
Los sms de Rajoy a Bárcenas, ahora los del ministro de Justicia a Ignacio González… ¿Debería asumir responsabilidades el Gobierno?
Todo lo que tenga que ver con la corrupción me parece mal, pero repito: no estoy para dar lecciones, ya hay bastantes contertulios y analistas políticos que cobran por ello.
Durante los últimos gobiernos de Felipe González se produjo un clamor parecido contra la corrupción. ¿Lo recuerda peor que ahora?
Me da igual, estoy en contra de la corrupción, sea roja, azul, amarilla, blanca, morada o naranja. Todos los españoles debemos unirnos y denunciarlo: no hay derecho a que un grupo de políticos viva de los impuestos que el resto pagamos religiosamente con nuestra sangre y sudor. Me parece lamentable y deleznable, erradiquemos la corrupción, sea del partido que sea.
Entonces, ¿la corrupción es inherente a la política?
Es inherente a la sociedad española, está ligada a ella. Aquí, desde el primer momento, no hemos sido duros con los corruptos. Hemos levantado la mano, hemos querido mirar hacia otro lado, hemos dejado pasar cosas realmente lamentables. Más que un problema individual, la corrupción es un problema social.
Hablemos del PSOE. ¿Pedro Sánchez será el cabezazo de Sergio Ramos en el minuto 93?
Lo dirán los afiliados del PSOE. Ahí cada uno defiende lo suyo. No lo sé, yo no tengo carné socialista. Tengo la sensación de que las primarias no suelen ir muy bien a los partidos… En Francia, a los socialistas les salió mal. Su candidato sacó menos votos en las elecciones que en las primarias. Suena casi a despelote.
Podemos ha anunciado una moción de censura sin haber tendido puentes con otros partidos, sin ni siquiera proponer un candidato alternativo. ¿Es chutar a puerta de chilena y desde el centro del campo?
Habría que preguntárselo a Iglesias, que es el entrenador de Podemos. Esperemos acontecimientos, a ver qué hacen.
Un paréntesis. ¿Qué le parece cuando Iglesias se pone la camiseta de la Selección republicana para jugar al fútbol?
Cree en la República y me parece respetable.
¿Podemos es ya un partido de Champions? ¿Se mantendrá como alternativa en las próximas elecciones?
Creo que el PP es ahora el Madrid, va ganando títulos año tras año. El PSOE está teniendo una mala racha, podría ser el Barça, que enlaza varias temporadas sin ganar. Luego hay dos equipos emergentes: Podemos y Ciudadanos. No se sabe qué pasará en el próximo campeonato. Llegar es mucho más fácil que mantenerse.
El día de los trabajadores, Iglesias convocó de nuevo a Errejón para un gran mitin. ¿Volverá a ser titular en Podemos?
Pablo Iglesias es el presidente y el entrenador de Podemos, decide a quiénes pone. No tengo mucha idea de si Errejón está para jugar de titular en su equipo, la verdad.
¿Ciudadanos sellará la permanencia cuando vuelvan las urnas?
No está nada mal la posición que ocupa, teniendo en cuenta de dónde venía. Ahora, en cuarto lugar, debería jugar la previa de la Champions.
Manolo Lama ha convertido el adjetivo “bicho” en algo positivo. ¿Quién es el “bicho” de la política española?
Depende del prisma de cada uno. Para los del PP, el bicho será Rajoy. Rivera, el de Ciudadanos. Iglesias, el de Podemos. Veremos qué pasa con el PSOE… Creo que no tenemos un animal político capaz de barrer al resto. Son peores que los de las primeras elecciones democráticas. Antes llegaban tíos muy preparados, con la vida resuelta en otros oficios. Dedicaban su tiempo libre a la política. Ahora es justo al revés, tenemos esa cultura del tío que vive de la política, que a lo mejor no está capacitado para cargar con el país a sus espaldas. Antes había más bichos políticos que ahora.