Begoña Villacís está preocupada. Sale a la calle y contempla concentraciones de cientos de personas que no respetan la distancia de seguridad. Pasea por los barrios y se topa con los testimonios de quienes no podrán reabrir sus negocios. La vicealcaldesa de Madrid asume que los políticos "tienen un plus de responsabilidad", pero apela a la conciencia cívica de los ciudadanos: "No perdamos el terreno ganado".
A lo largo de las últimas semanas, el movimiento que comenzó en el barrio de Salamanca ya se ha extendido a otros distritos. Villacís dice "compartir el cabreo", pero llama a "formas más creativas de concentración".
Mientras tanto, esta política enamorada de lo municipal, pero también atada a lo nacional debido a su importante papel en la Ejecutiva de Ciudadanos, trata de explicar lo ocurrido en las negociaciones con el PSOE. Sánchez pactó con Arrimadas mientras, bajo manga, negociaba con EH Bildu. "¡Habrá que mirar al estafador y no al estafado! Es un croupier que reparte cartas en dos mesas distintas!", arguye.
Esta semana, fue "difamada" por Vox. Los de Santiago Abascal, en una comisión del Ayuntamiento, la acusaron de planear una moción de censura junto a los herederos de Carmena y el PSOE: "Mienten, no puedo tolerarlo. Si quisiera, sería alcaldesa con los votos de la izquierda".
Esta entrevista es una obra en tres actos. El primero, a través de una videollamada desde su despacho en el Palacio de Cibeles. El segundo, poco después de que Marcos de Quinto dimitiera y tensara las costuras del partido. Y el tercero, a media mañana del viernes, en pleno caos gubernamental.
El PSOE negoció -y pactó- con EH Bildu mientras lo hacía con ustedes. ¿Se sienten estafados?
Nosotros sabemos perfectamente quién es Sánchez. El problema es que Sánchez ha quedado descubierto como un croupier a dos mesas, ¡tenemos un presidente sin palabra!, y eso parece que no es noticia.
Cuando nos negamos a pactar con él, fuimos muy presionados y criticados. El otro día, no apoyamos al Gobierno, votamos sobre una cosa muy concreta: la extensión del estado de alarma. Y lo hicimos por los españoles.
Están venga a repetir que no votaron a Sánchez, sino un punto muy concreto. Parecen Julio Anguita con el “programa, programa”.
Es lo que hay que hacer. Cualquier español que sea preguntado apostará por ejercer esa responsabilidad. No podemos olvidar que Sánchez es el presidente del Gobierno. Es lo que tenemos. Aunque espero que esto le vaya descubriendo.
Y a pesar de ese engaño, a pesar de que dicen no fiarse de él, han pactado dos veces seguidas.
¡En lugar de mirar al estafado habrá que mirar al estafador! No se puede responsabilizar al engañado, sino a quien engaña. Eso debería empezar a ocurrir en España. La palabra es algo muy importante. Responsabilicemos a Sánchez.
Entonces, reconoce que han sido engañados.
No nos ha engañado a nosotros, sino a todos los españoles. Sánchez dijo infinidad de veces que no pactaría con EH Bildu. Ahí lo tienen. Ha dinamitado su credibilidad y la del PSOE.
Y ustedes dicen que seguirán negociando en torno a puntos concretos.
Sánchez también ha estafado a Bildu. Miente sistemáticamente. A todos. La confianza ha quedado muy dañada y eso, seguro, pesará en las próximas negociaciones. Sin embargo, Ciudadanos tiene la representación que tiene. Y hemos decidido ser útiles a los españoles. Criticar desde fuera es mucho más fácil.
Juan Carlos Girauta dice que ustedes se han convertido en la “escobilla del váter de un autócrata”.
Juan Carlos siempre ha sido muy fan de las metáforas. Cada uno tiene su forma de expresarse. Como le digo: Ciudadanos trata de ser útil y eso es muy complicado.
Siempre defenderé el legado de Albert Rivera: su ensanchamiento del centro y del liberalismo fue fundamental
Marcos de Quinto era el último diputado de Ciudadanos en contra de pactar con Sánchez. ¿Eso supone el fin del riverismo?
No, no pone fin al riverismo. Yo misma he sido bastante riverista. Muchos lo hemos sido. Siempre defenderemos su legado. Inés también. Su ensanchamiento del centro y del liberalismo fue fundamental. Seguirá habiendo muchos “no” de Ciudadanos a Sánchez, pero insisto: el otro día votamos el estado de alarma. Nada más.
Se fueron de Ciudadanos los que querían pactar con Sánchez, ahora se marchan los que no quieren. ¿Quién se queda entonces?
Nos quedamos los que estamos en el centro, los que pensamos que es útil apoyarse a veces en la izquierda y a veces en la derecha. Eso es la política útil: no el con quién, sino el qué.
Los que se han ido eran grandes valores, debo decirlo: Roldán, Nart, Girauta… El centro es muy complicado. Se recibe mucha presión por todas partes. Se nos exige una responsabilidad que no se presume a los partidos tradicionales.
Las protestas contra el Gobierno que comenzaron en el barrio de Salamanca ya inundan varios distritos de Madrid. En la mayoría de ellas, multitudinarias, no se pueden mantener las distancias de seguridad. ¿Hasta qué punto está preocupada?
Estoy preocupada por la crispación. No es buena nunca, pero menos en estos momentos. Puedo comprender el cabreo, tampoco me gusta que se caricaturice a los manifestantes llamándoles “Cayetanos”.
La gente tiene razones para estar enfadada: no pueden abrir sus bares, no cobran prestación por desempleo… Pero tengamos cuidado. ¡Han muerto 28.000 personas! No es sensato poner en riesgo a los demás. Muchos podrían arrepentirse.
¿A qué se refiere exactamente?
Todos entramos en contacto con personas pertenecientes al llamado colectivo de riesgo. ¡También los manifestantes! Muchos se arrepentirían si contagiasen a una persona mayor, que podría morir por eso. Por supuesto que defiendo el derecho a la protesta, pero no echemos por tierra el terreno ganado.
En casi todos los casos, la Policía nacional y la municipal se han visto desbordadas. Los manifestantes han llegado incluso a cortar el tráfico, como en el Paseo de la Castellana. ¿Tiene alguna solución entre manos?
El Ayuntamiento está subordinado al mando único. La Policía municipal no funciona de manera autónoma o independiente, pero estamos haciendo todo lo posible. Pero lo que podamos hacer quedará en nada si cada uno no asume particularmente su responsabilidad.
Creo que, después de dos meses de confinamiento, estamos en condiciones de entenderlo. Me gustaría que quienes se concentran sin respetar las distancias hablaran con los sanitarios.
¿Por qué?
El otro día hablaba con uno de ellos y me decía: “No podemos aguantar, ni moral ni físicamente, una recaída. Estamos extenuados”. Seamos creativos, existen muchas formas de protestar. La gente tiene derecho a lanzar sus críticas, pero apelo a la responsabilidad individual. Esta ciudad y este país no se merecen una recaída.
Pero no ha respondido a mi pregunta: todas las fotografías prueban que las distancias no se respetan, que las aglomeraciones son cada vez mayores. ¿Qué puede hacer el Ayuntamiento?
No podemos poner un policía detrás de cada ciudadano. El Ayuntamiento de Madrid se puso en Fase cero, en la práctica, antes de que lo ordenara el Gobierno. Claro que tomamos medidas, pero si la sociedad no responde, son insuficientes. Tiene que ser el individuo quien se responsabilice. En cualquier caso, el Ejecutivo central tiene las competencias en virtud de ese mando único.
Sánchez trata a Madrid con arbitrariedad y eso provoca frustración, pero no pongamos en riesgo a la sociedad
Cuando dice que “comparte la frustración”, ¿qué está mencionando en concreto?
La falta de transparencia del Gobierno, la ausencia de test masivos, la arbitrariedad con la que Sánchez gestiona Madrid… Todo eso provoca una gran frustración, pero insisto: seamos creativos. Existen muchas formas de manifestarse sin poner en riesgo a la sociedad. No demos razones al Gobierno para no pasar de fase.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha azuzado este tipo de protestas. ¿Qué le dice como vicealcaldesa de la ciudad?
Creo que lo que dijo exactamente fue que, tras el confinamiento, las protestas iban a ser muchas más y que lo de Núñez de Balboa “parecería una broma”. Se puede interpretar de las dos maneras…
El alcalde de Madrid y yo apelamos a no echar por tierra todo el esfuerzo que hemos hecho. Comunicamos el mismo mensaje. Lo compartimos. Como Ayuntamiento, estamos sometidos a dictámenes y criterios que no nos gustan, pero somos responsables. Estamos al borde del agotamiento.
Algunos dirigentes de Vox participan en esas concentraciones e incluso convocan más. ¿Ha mantenido con ellos conversaciones al respecto?
La distancia de seguridad, las mascarillas… Son reglas necesarias. Que se manifiesten, pero que las cumplan. Les pido que aprovechen sus convocatorias para dar la misma importancia al respeto de estas normas. Es más importante salvar la vida de los ciudadanos que la de un partido político. Yo, por ejemplo, fui a la manifestación del 8-M y me arrepiento muchísimo. Lo reconozco.
Explíquese.
Podría haber contagiado a mi madre, podría haber muerto gente tras contagiarse a través de mí. Eso pesa muchísimo. Lo he comprobado charlando con enfermos de coronavirus. Pensemos en eso.
Hoy, estar en una manifestación te crea una falsa sensación de libertad. Hace buen tiempo, estás en la calle… Pero es sólo un espejismo. En este caso, el ejercicio de determinadas libertades puede hacer que otra persona muera.
Ahora que habla del 8-M: este diario ha publicado en exclusiva el informe del forense encargado por el juez sobre lo sucedido ese día. Dice así: “Es cierto y seguro” que sin esas marchas “se habría evitado una amplia difusión del virus”.
Creo que soy la única dirigente política en España que ha dicho públicamente que se arrepiente de haber ido al 8-M. Tuve mis dudas, pero me dejé llevar por el principio de confianza. “Si el Gobierno lo promueve…”. Me fié. Ahora he aprendido a ser más desconfiada.
Estoy convencida de que se contagió mucha gente y de que, como consecuencia de ese día, murieron personas. Yo tuve la suerte de no contagiarme, pero conozco a muchos que sí se contagiaron. Pensemos menos en los partidos, tomemos decisiones sensatas.
Para cerrar el capítulo de las manifestaciones: ¿PP y Vox deberían llamar a los manifestantes a la responsabilidad con mayor contundencia?
A mí me consta que José Luis Martínez-Almeida ya lo ha hecho. No he estado muy pendiente de Vox… Todos los políticos tenemos un plus de responsabilidad. Pido a todos los partidos que apelen a la responsabilidad individual. Un puñado de votos a corto plazo puede salir muy caro a largo plazo.
Vox ha pedido su dimisión por criticar las caceroladas del barrio de Salamanca. Le acusan de “dar un bofetón a los madrileños” y de “atacar al pueblo de Madrid”. ¿Qué responde?
¿Qué quiere que le diga? La primera sorprendida soy yo. Vertieron esas acusaciones en una comisión municipal, donde se tratan temas muy importantes para la ciudad. Todos los que participamos en ella debemos estudiar, proponer, preocuparnos…
El concejal de Vox que pidió mi dimisión utiliza ese espacio para lanzar sus mítines. Además, difama. Me acusó de preparar una moción de censura con PSOE y Más Madrid para convertirme en alcaldesa… Ya me lo ofrecieron antes de la investidura y lo rechacé. Juegan al mancha que algo queda. Pregunté en directo a PSOE y Más Madrid y lo negaron delante de él.
Vox me ha difamado, juegan al mancha que algo queda, me niego a asumir la mentira en la política
¿Le ofrecen hoy PSOE y Más Madrid sus votos para convertirla en alcaldesa?
El Gobierno municipal está funcionando muy bien. También la oposición. Somos capaces de abordar los plenos con ganas de consenso. No tiene nada que ver con el Congreso, donde vemos tanto enfrentamiento y espíritu destructivo.
Pero, ¿le ofrecen sus votos para convertirla en alcaldesa?
De vez en cuando ha ocurrido. Sí, sí. Yo podría ser alcaldesa con esa suma, pero lo importante es el programa. Me presenté a las elecciones con un programa que quiero cumplir. Si para ello debo ser vicealcaldesa, lo prefiero.
Que usted no sea alcaldesa desmonta, entonces, que Ciudadanos sea socio de Sánchez.
Vox sabe perfectamente que miente. Yo no me voy a callar, no voy a admitirlo ni a asumirlo. La mentira deliberada no debe tener espacio en la política. Abascal ya sabe que no apoyamos al Gobierno de Sánchez y que nuestro pacto se circunscribe a las prórrogas del estado de alarma.
¿Hace trampas el Gobierno de la Comunidad con el tratamiento de los datos? Se lo pregunto porque emplean el siguiente método: imaginemos que el 20 de mayo se notifican diez casos; dentro de veinte días, cuando reciban informes de que se produjeron otros diez el mismo 20 de mayo, no se notificarán en ese instante, sino que se sumarán al balance de hoy. Entonces, muchos casos jamás salen a la luz.
Por parte de la Comunidad de Madrid no hay ningún interés en ocultar datos. Eso no sirve de nada, es hacerse trampas en el solitario. Sí creo que deberían existir unos criterios unificados. El Gobierno debe instaurarlos. La información de todas las Comunidades debería ser homogénea y útil. He escuchado a Simón que se está avanzando en esa línea, pero van muy lentos.
Insisto: con el método actual, algunos positivos de la Comunidad de Madrid quedan en el limbo.
No, porque los datos se van actualizando.
Claro, pero sin contárselo a la opinión pública.
Al no trabajar en la Comunidad, no conozco tan bien los detalles de ese sistema. Sí le puedo decir que no existe la intención de ocultar. En términos absolutos los datos son correctos.
¿Hasta cuándo puede aguantar Madrid cerrado?
Madrid ha demostrado a lo largo de la Historia que puede aguantar lo que le echen: guerras, dictaduras, pandemias… La cuestión es: cómo se queda la ciudad el día después. En ese sentido, Madrid no aguanta un momento más.
Madrid son sus hosteleros, sus comercios, su gente, sus desempleados… Se está quedando mellada. La plena recuperación puede costar un par de años. Hemos visto la precariedad de 2008 y hemos descubierto la incertidumbre con mayúsculas.
Por cierto, ¿qué le parece la estrategia comunicativa de Isabel Díaz Ayuso?
La comunicación refleja cómo somos. Yo ahí no me meto, pero creo que Isabel no está interpretando ningún papel. Es así. El Gobierno no está siendo transparente ni justo. Trata a Madrid de manera arbitraria. Coincidimos en eso, cada una lo expresa a su manera. Creo que a este país le interesaría más lo que hacemos en el Ayuntamiento: tratar de construir consensos.
¿Qué está pasando en el Gobierno de la Comunidad de Madrid? Ayuso ha llegado a hablar de una “mano negra de Ciudadanos”.
No hay tal mano negra. Un Gobierno de coalición es complejo y…
Un Gobierno de coalición es complejo, pero no ocurre eso en el del Ayuntamiento.
José Luis y yo, a pesar de estar en partidos distintos, nos llevamos bien. También en lo personal. Eso ayuda mucho. Creo que somos dos personas sensatas y responsables. Debatimos mucho, a veces nos tiramos una hora al teléfono, pero alcanzamos consensos.
Tal y como ha informado este diario, Sánchez planea recentralizar competencias para que el Ayuntamiento no pueda desactivar Madrid Central. ¿Está al corriente?
Es una intención basada en fake news. Si no lo ha hecho, Sánchez debería informarse sobre nuestro programa electoral. Nosotros no propusimos abolir Madrid Central. El PP, sí; pero cedieron. ¿Ve? A eso me refería con la coalición. Unas veces ceden ellos y otras nosotros.
¿Y sobre esa recentralización?
Me preocupa. La política local es la piel de la Administración: sentimos los problemas antes. Tenemos un trabajo muy directo en las emergencias sociales. No lo digo yo, también lo hacen Ada Colau o Abel Caballero. No nos tienen que quitar competencias, sino dárnoslas. Eso también forma parte del ideario liberal: la política local debe ser más autónoma e independiente.