Menchu del Valle
Lo primero que supimos de Letizia Ortiz cuando se anunció su noviazgo con el Príncipe Felipe fue su ascendencia asturiana. Y que, además de presentar telediarios, estaba emparentada con dos conocidas voces de la radio: Menchu Álvarez del Valle y su hermana Marisol del Valle.
Una de las imágenes inaugurales del noviazgo de Felipe y Letizia fue obtenida durante un viaje al Principado de Asturias, concretamente a casa de los abuelos en Sardéu, concejo de Ribadesella. Parecía una casa inspirada en el cuento de Caperucita, la niña que cada día visitaba a su abuela con una cesta con pasteles. Luego vinieron más visitas de los prometidos a la abuela. Ahora hacía tiempo que no se les veía juntos, aunque siempre mantuvieron una relación estrecha.
A la abuela Menchu la enterraron el miércoles en el cementerio de Sardéu, ante sus familiares más íntimos. Tenía 93 años No hubo cánticos ni flores. Solo unas hortensias que depositó la tía Henar. La Reina Letizia no asistió al sepelio. Posiblemente se despidió de su abuela antes de morir.
OKdiario publicó el jueves una entrevista póstuma en la que la abuela se explayaba en consejos a la nieta enamorada de Felipe, incluida la terapia del “revolcón” como remedio al “¿pero-tu-sabes-dónde-te-vas-a meter?”. El autor de la entrevista le prometió no hacer públicas sus declaraciones hasta después de su muerte. Y ha cumplido.
Olga y Rocío
Dos mujeres y un destino. Rocío Carrasco contrajo matrimonio con el ex guardia civil Antonio David. Además, fue tintorero, chico de los recados de Emilio Rodríguez Menéndez y depredador de exclusivas. Carrasco y Flores trajeron al mundo un niño y una niña, dos criaturas en poder de los Flores tras una guerra como la de los Rose en el cine, pero a lo bestia.
En primavera la audiencia de T5 se disparó con la dramática vida de la hija de “la más grande” (“Rocío Carrasco: contar toda la verdad para seguir viva”). En el culebrón no faltó detalle: juego sucio, venganza, malos tratos, peleas familiares, violencia machista y celos por la herencia de Rocío Jurado. La primera víctima resultó ser Antonio David Flores, que fue expulsado con deshonor del paraíso televisivo de Mediaset. La justicia no había dicho la última palabra, pero el ex guardia civil siguió amasando dinero en connivencia con las revistas del corazón y el sórdido mercado de las exclusivas,
Mientras Rocío Carrasco aireaba su docuserie y Antonio David amañaba su futuro en silencio (¿se le abrirán de nuevo las puertas de Mediaset), Olga Moreno, su segunda esposa, hacía su entrada triunfal en “Supervivientes” y, unos meses más tarde, era aclamada como la ganadora del reality.
Guapa, intelectualmente un poco bruta, amante de sus hijos y de los hijos de los otros, Olga acepto el envite que le propuso tele 5 al dejarse entrevistar por el clan de Sálvame, compuesto en su mayor parte por los amigos de Rocío Carrasco. La entrevista fue emocionante y a todos los olguistas se les pusieron los pelos de punta.
A la vuelta del verano, continuará.
Harry de Sussex
El nieto pelirrojo de la reina de Inglaterra ha empezado a escribir de su puño y letra (suponiendo que la literalidad exista, que seguramente no es el caso) unas memorias de palacio. Según los médicos que atienden en palacio, al príncipe Carlos le tiemblan las piernas, la hormona del estrés entra en funcionamiento y libera adrenalina por un tubo. Se dice entonces que el corazón va como una moto.
El supuesto amanuense de Harry hace cuentas para calcular los beneficios de esta interesante operación crematístico/literaria.
Quienes no pueden hacerse cargo del agobio que les embarga son el buenazo de Willy, hermano mayor de Harry, y su dulcísima esposa, Kate, que últimamente se han visto envueltos en enredos familiares muy poco tienen que envidiar a los sufridos por el clan de los Flores.
Pepa y Montse
Se disparan las conjeturas sobre el desembarco de Moncloa en El País y la Ser, al parecer propiciado por ese amigo de Sánchez de nombre impronunciable (Oughourlian) que controla la mayoría accionarial y, según Juan Luis Cebrián, envía “brujos visitadores” al grupo Prisa.
Es la cantinela de los corrillos desde la salida del expresidente del Gobierno, Felipe González, del consejo editorial de El País y la entrada de Miguel Barroso en el consejo de administración de Prisa, en nombre del accionista mayoritario (Amber Capital).
El desembarco sanchista ya está aquí, pero no todos los nombres han de oler a Moncloa. Entre los nombramientos más significativos está el de Pepa Bueno, que ha saltado de pilotar Hora 25 a ostentar la dirección de El País; el de Montse Domínguez, que ha pasado a dirigir la SER, y Aimar Bretos, que se hace cargo de Hora 25.
Gente lista, estupenda, y bien pertechada para encajar las acusaciones de sanchismo que se les vienen encima. Lo diré con pocas palabras, en honor de profesionales tan acreditados: el periodismo no tiene nombre.