Reina 'fashion', la sonrisa de Coronado, erótica Peri Rossi y los perros de Jorge Javier
La reina Letizia, José Coronado, Cristina Peri Rossi y Jorge Javier Vázquez; la autora comenta lo más destacado de la semana a través de sus protagonistas.
Letizia de España
La reina siempre es objeto de comentarios: buenos, malos o regulares. El día que ella y su hija estrenaron outfit con motivo de la entrega de los premios Princesa de Asturias en el teatro Campoamor, fue la bomba. Según los cronistas de la aguja, la Monarca Ortiz no lució el Varela de tantos años, como ya habían anunciado las Tiburcio de turno, siempre atentas a las noticias de última hora.
Aquel día la Reina llevó un vestido negro de hombro remetido tipo camiseta, de la firma The Second Skin, que aunque no lo parezca es de la calle Hortaleza de Madrid. Los hombros del vestido dejaban al descubierto los brazos, con lo cual la Reina pudo darse el gustazo de mostrar su trabajada musculatura. El vuelo del vestido era espectacular, créanme, así que el paseíllo a la salida del teatro quedó muy resultón. La Reina caminaba bajo la lluvia con cadencia años 50, como si fuera una modelo internacional.
Estaba bellísima, pero algunas echamos en falta las rebecas que traía en la maleta cuando llegó de Valdebernardo y era fríolera como todas las españolas nacidas bajo el paraguas del clima continental.
La Princesa de Asturias acaparó las miradas del respetable por el inesperado cambio de atuendo. No era para menos. De los vestiditos nido de abeja Leonor ha pasado a los estampados tipo Gucci, y de las manoletinas planas a los tacones de palmo. Quien lo hubiera podido imaginar.
Los Premios ya han quedado atrás. Ahora solo se habla de ka sorpresa que ella (o sea, su Majestad) guardaba bajo la mascarilla. Todas las revistas lo han dicho. Cuando la Reina se levantó la mascarilla, su rostro se iluminó y a la vista de rodos quedó el milagro de los cirujanos. No tardará en darse a conocer la obra de arte, aunque algunos listillos ya se han adelantado a conjeturarla No es mi caso. Mis gafas no son de precisión y mis ojos no llevan rayos X incorporados.
José Coronado
Estos últimos días hace estragos la publicidad de Way Down, un thriller con mucho poderío cinematográfico. El título, mal traducido, significa “asalto a la casa de la moneda” y quiere decir lo que dicen todos los thrillers con similares contenidos.
Pero una cosa es el thriller y otra la publicidad interpretada por actores de carne y hueso. Un grupo de tipos estupendos, encabezados por Jaume Balagueró, el director de la película, entran en las instalaciones de Mediaset arrasando sin contemplaciones. Entre los actores, Luis Tosar, la gravedad personificada, seguido del mencionado José Coronado, que luce cabeza de violinista cabeza de violinista y la sonrisa más cálida de España. Destaca la ausencia de Freddie Higmore, un joven actor inglés que borda el castellano.
A continuación. Jaume Balagueró profirió excelencias sobre Madrid y su capacidad como plataforma de rodaje de thrillers. Cerca, alguien le preguntó que destacara lo que más le interesaba de Madrid, y él, atacado de naturalidad, contestó: la libertad. El resto de actores estalló en risas y el director de la cinta hizo una mueca intentando evitar que lo compararan con Gerard Piqué, quien, dias atrás se deshizo en piropos sobre Madrid, con el consiguiente mosqueo de los culés.
Resumiendo: de Madrid al cielo, pasado por Mediaset.
Cristina Peri Rossi
Este año, el Premio Cervantes ha recaido en Cristina Peri Rossi, que un día de 1972 atravesó el charco y se quedó en Barcelona para siempre. No digo que eligiera España porque ella jamás hizo gala de españolidad. En sus cincuenta años de estancia en Barcelona apenas se desplazó a la capital. En Barcelona estaban su corazón y sus asuntos. Era uruguaya pero menos, catalana pero más.
Vibrante, erótica, intensa, vital. Poemas inacabables. Historias de una mujer que fornicaba con otra mujer.
Y no solo eso. “Para que yo pudiera amarte -escribe la uruguaya-, en España hubo una guerra civil y Lorca murió asesinado despues de viajar a Nueva York…”. Para que yo pudiera amarte, los españoles tuvieron que conquistar América y mis abuelos huir de Génova en un barco de carga.
Su biografía es intensa: novelista, traductora, activista política, poeta de alto contenido erótico.
Insumisa y lesbiana, la escritora uruguaya va sembrando de erotismo su literatura carnal, cada vez más explícita y plural, multiplicada en relatos, poemarios, novelas y apuntes biográficos. Desde el jueves de la semana pasada es el Premio Cervantes número 46. Recluida en su casa de Barcelona, con una salud que se deteriora según transcurren los días, Cristina tal vez no acuda en su día a recibir el premio que los galardonados reciben en la Universidad de Alcalá de manos de los Reyes. Es la última diosa del español. Los escritores siguen triunfando.
Jorge Javier Vázquez
Si Cristina Peri Rossi abandonó Uruguay para exiliarse en Barcelona, Jorge Javier Vázquez dejó Barcelona para exiliarse en Madrid. Aquel muchacho tímido y sencillo que había cursado Filología Románica en la ciudad condal, enseguida dio el salto. Fue llegar a Madrid y besar el santo. JJ no paraba quieto ni un minuto. Presentaciones de libros, fiestas, jolgorios, estrenos de teatro, crónicas de sociedad, etc. Los medios enseguida lo dieron a conocer. Y de ahí a la tele, donde ejerció de enfant terrible de Ana Rosa. Ahora ya sabemos todos que el chico estaba llamado a triunfar. Un cuatro de siglo más tarde, J.J ha perdido timidez y ha ganado descaro. Hace teatro, escribe libros, canta y da la vuelta a España desmontando a Séneca.
Vázquez no renuncia a nada, pero sus principales debilidades son los perros y los libros. Sobre todo, los perros. Y entre los perros, los galgos. Si no fuera porque el título de “El hombre que amaba a los perros” se lo puso Leonardo Padura a Ramón Mercader, deberíamos ponérselo a Jorge, pues hace continuos méritos para merecerlo
El primer perro que entró en la casa madrileña de JJ se llamaba Pronto (título de la revista en la que se estrenó escribiendo sobre famosos).
No he llegado a contar el número de perros que rodean a Jorge. Calculo que serán siete u ocho, de todos los nombres. Comen mucho, duermen más, y si hace falta, van al psicólogo.
Cuando entras en casa de JJ siempre te salen a recibir una cuadrilla de perros. Tom es uno de sus preferidos. En cuanto te descuidas, se te echa encima con todo su volumen. El veterinario le recomendó hace poco que pusiera el perro a regimen y lo sometiera a ejercicios fisicos. Dicho y hecho. Todos los días, cuando se levantan, Jorge y Tom van a la cinta de andar y hacen un buen rato de cardio. Hay que verlos.