La sostenibilidad del planeta puede y debe trabajarse desde todos los ángulos posibles, incluso desde aquellos sectores que puede hasta parecer imposible que sean sostenibles. Y es que para todo y todos, tenemos solamente 8 años para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecidos por las Naciones Unidas.
Solo de este modo lograremos cumplir con la Agenda 2030 y todos los propósitos establecidos en ella. Propósitos con los que lograr un planeta en el que vivir más allá de lo que por ahora se estudia.
La realidad es que no existen atajos hacia el cambio global y tampoco más tiempo para trabajar con antelación los efectos adversos del modelo económico actual. El tiempo, sin duda alguna, pasa igual para todos y como si fuera un reloj de arena, el planeta va reduciéndose cada vez más a una velocidad vertiginosa.
Algo parecido sucede cuando un usuario sube en un avión. En cuestión de segundos, y a una velocidad igual de vertiginosa que el paso del tiempo, una persona puede observar como su transporte va alejándose de esa tierra en la que el mundo sigue, la actividad económica no se detiene, pero, sin embargo, en el interior del avión se vive el paso de los minutos como si de otro planeta se tratase.
La diferencia con la realidad es que no hay segundos planetas ni segundas oportunidades, es el actual y en el que debemos trabajar para mantener un entorno y un planeta saludable desde todas las perspectivas posibles.
Abordar la conservabilidad del planeta puede hacerse por vías muy distintas, algunas incluso pueden llegar a parecer antagónicas, pero es precisamente la barrera que debemos romper. Más allá de reciclar o incluso reducir el consumo de materiales dañinos para el medio ambiente, podemos ser partícipes del cambio incluso cuando trabajamos, concretamente cuando viajamos por negocios, por muy contradictorio que parezca.
Lo cierto es que esta actividad parte con la concepción social de que los viajes de corporativos generan una gran cantidad de residuos para el medio ambiente. Los viajes contaminan, sí, pero se puede viajar reduciendo tu huella de CO2 a través de opciones más sostenibles.
Por ello, uno de los grandes desafíos al que nos enfrentamos es la imposibilidad de ofrecer una gran oferta de medios de transporte (hasta ahora, solo algunos trenes, coches o motos eléctricas cuya energía es 100% renovable) que funcionen con energía renovable, ya que en España este tipo de alternativas evolucionan muy lentamente.
Conscientes de la necesidad de trabajar hacia una sostenibilidad 360°, desde BizAway hemos ideado un medio de transporte responsable con el planeta y los usuarios. Por ello, hemos trabajo para convertirnos en la primera plataforma en introducir un sistema para cuantificar las emisiones producidas por los viajes de negocios, gracias a una calculadora desarrollada en colaboración con Lufthansa Innovation Hub (LIH).
También en ofrecer un business travel sostenible en el que se puede elegir, por ejemplo, entre vuelos que contaminen menos o compensar el CO2 de los viajes de negocios a través de la asociación Eden Reforestation Projects, dedicada a la plantación de manglares en zonas deforestadas en Nepal o Mozambique, capaces de absorber tres veces más dióxido de carbono que otras especies vegetales. Los manglares son plantados por la misma población que vive allí y que cuenta con escasos recursos, por lo que se fomenta y se cuida la economía local.
También gracias a este paso hemos sido reconocidos como empresa BCorp. Nos hemos convertido en la única agencia de viajes corporativa del mundo en conseguir este sello y, además, con una de las puntuaciones más altas del sector: 92,8.
No ha sido fácil ni tampoco se ha seguido el camino más corto. Tampoco hay líneas rectas ni atajos para lograrlo. En realidad, tan solo se trata de otra forma de hacer el viaje teniendo claras las prioridades. Sin embargo, la certificación no es el destino final. Nunca podría serlo, aunque, por supuesto, marca el rumbo y la dirección. Define el camino a seguir, pero es solo una escala más en el apasionante trayecto hacia la construcción de un mundo mejor para todos.
Con el reconocimiento BCorp pretendemos llegar al beneficio común a través de seguir persiguiendo una gobernanza que permita actuar de manera ética y transparente hacia todas las partes interesadas. Promoviendo, así, una forma consciente y sostenible de hacer negocios.
Luego está el gran sentido de la responsabilidad por parte de la compañía hacia la comunidad local y el compromiso de proteger a los 135 empleados que trabajan en las distintas oficinas de BizAway (dos en España, en Barcelona y en Vigo, dos más en Italia, concretamente en Spilimbergo y Milán y una en Albania, en la ciudad de Shkodër). Además, vamos a tener presencia física en Bélgica y Suiza antes de final del año.
También la atención para involucrar a proveedores y clientes en caminos de desarrollo hacia la sostenibilidad a través de la puesta en común de proyectos y mejores prácticas. Por último, pero no menos importante, pretendemos continuar con el compromiso de respetar el medio ambiente aplicando en todos los procesos productivos y no productivos, políticas y procedimientos que minimicen el impacto ambiental de los servicios propuestos y procesos internos.
Para nosotros viajar sí puede convertirse en una actividad sostenible a la vez que alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, por este motivo trabajamos a diario para romper no solamente los pensamientos preestablecidos sobre el sector de los viajes, sino para luchar por un planeta que sea justo, empezando por lo que generalmente más gusta hacer: viajar.
*** Luca Carlucci es el cofundador y CEO de BizAway.