Que hasta que largó Susana todo eran culebras, y sapos, entre que Vara se iba a la casa de la Griso a soltar verdades o nos vendía - Vara, digo- las bondades de los cortadores de jamón de Badajoz. Hasta que largó Susana, 14 del presente, España entera andaba en un puño, en un sinvivir. Susana Díaz no es San Isidoro de Sevilla, Susana no tiene etimologías, pero sí gramática parda y un CV fraguado a fuego lento en las Juventudes. Susana ha callado lo callable, y ya la Historia y el presente le pisaron el faralae y dijo basta. Susana mató al padre Griñán, y aquí no ha nacido un Pedrito que la silencie. Dice la Fontanera, la Tiesa, Santa Susana la trianera, que el PSOE tiene que "hacer oposición útil", que "con 85 escaños no se puede gobernar". Después dejó caer que en yéndose Rajoy, todo podía ser distinto, casi un edén con cornetas y pañales.
Así que Susana no pudo frenar la sinhueso y se destapó con su caderazo líder cuando vio ya amortizado a Vara, su gregario hacia las alturas del Alto de Ferraz. El pedrosanchismo militante le afea a Vara su pasado en Alianza Popular, pero esto a Susana le importa poco, que el extremeño ya se ha torrado por la causa. Claro que los compañeros de viaje de Susana, hoy por hoy, son diversos, según me cuenta un histórico represaliado del socialismo andaluz: hay un cebrianita ya de de iure (Rubalcaba), "una Chacón que se aburre tras el divorcio, y Madina, orgulloso compañero de Fernández Vara y de la libertad de expresión en el matacabras socialista".
Pedro Sánchez se ha hecho fuerte en el cortoplacismo. Partido a partido, Pedro a Pedro, Sánchez resulta el complemento perfecto de Rajoy. Don Negación y el Sr. Tapón se complementan en la intimidad para que el país ande en perpetuo estado de excepción. Unamos al baile a la consorte de Pedro, musa del enroque del pedrosanchismo en el No y en el posado playero, que una cosa no quita la otra. Pudiendo achicharrar al peor enemigo para la España que conocemos -Rajoy- la actitud de Sánchez es el ejemplo soso de esta segunda Transición tan maja.
Dicen que Sánchez va a triunfar tentando el límite. La Historia del PSOE, que se salva por milagro en el descuento y al puteo interno lo llaman transversalidad. Y Barberá en el "grupo mixto", aforada con lacas y bildutarras.
Y Susana que largó...