La iniciativa aprobada este martes en el Congreso encaminada a restar facultades al Tribunal Constitucional, de manera que pierda la capacidad de suspender a los cargos que no cumplan sus sentencias, es un gravísimo error del PSOE, que ha facilitado con sus votos que algo así saliera adelante.
Los socialistas sólo podían salir mal en esta foto votando junto a Esquerra Repubicana, el PNV, la antigua Convergència y Podemos en un asunto crucial como es el de la integridad nacional. Y la imagen se produce en el peor momento. No se puede mermar la auctoritas del Constitucional cuando más arrecia el desafío independentista.
Es una ingenuidad pretender, como plantea el PSOE, que con la amenaza de una multa de 600 euros el Alto Tribunal pueda garantizar la ejecución de sus sentencias ante quienes, como la presidenta del Parlamento catalán, Carme Forcadell, han decidido desobedecerlo.
PP y Ciudadanos se han quedado solos defendiendo las competencias del Constitucional en una situación muy delicada para la unidad de España. El PSOE, incomprensiblemente, ha optado por sumarse a quienes quieren que se desarme al Tribunal.