El alcalde de Cádiz, que se hace llamar Kichi, ha aprovechado el homenaje a Miguel Ángel Blanco para rendir tributo a los represaliados por la dictadura franquista. Supongo que habrá quien lo vea bien y que argumente que nunca sobra el recuerdo a la víctimas de una tiranía y que cualquier ocasión es buena para acordarse de su dolor. Y sin embargo algo debería resultarles sospechoso. Piensen en lo siguiente: Kichi jamás aprovecharía un acto en homenaje a los represaliados por la dictadura franquista para rendir tributo a Miguel Ángel Blanco. Pueden ustedes apostarlo.
Porque Kichi sabe que a la hora de condenar la violencia 'menos es más' y que la contundencia de una breve oración enunciativa simple se pierde con cada subordinada, no digamos ya con una adversativa. La fórmula que empleó el regidor fue: "Hoy recordamos tanto a Miguel Ángel Blanco como a todas las víctimas del terrorismo, ya sean de ETA, del 11-M o de la dictadura franquista". En la frase se aprecia perfectamente que la subordinada actúa como un disolvente.
"ETA, el 11-M o la dictadura franquista": esa ‘o’ es una indecencia. Esa ‘o’ es un paliativo del dolor, que sugiere que la víctima es intercambiable y que, aunque el regidor Kichi se detiene en la dictadura franquista, podría enumerar una interminable sucesión de injusticias históricas que convierten el recuerdo de Miguel Ángel Blanco en una vulgaridad.
Recordar en el homenaje a una víctima de la violencia que hay otras víctimas de la violencia es como decir que el martirio del homenajeado y el sufrimiento de quienes lo amaban no tiene nada de particular. Es algo parecido a hablarle de Ruanda a un superviviente de Auschwitz o a acudir a un funeral para recordarle a la familia del finado que cada día mueren miles de personas en el mundo. ¿Hay algo más repugnante que ponerse estadístico en un entierro? Eso es lo que ha hecho Kichi, en un gesto que parece banal pero que no lo es porque está teñido del sectarismo más infame. ¿Qué hubieran dicho Kichi o Carmena si en la inauguración del monumento a los abogados de Atocha el alcalde José María Álvarez del Manzano hubiera recordado la quema de conventos en la II República?
Miguel Ángel Blanco no sólo era un concejal del PP sino que fue asesinado por ser un concejal del PP. Igual que Isaías Carrasco no sólo era un concejal del PSE sino que fue asesinado por ser un concejal del PSE. La militancia de ambos es muy relevante porque la eligieron en un tiempo y un lugar en los que militar en el PP o el PSE en el País Vasco era una heroicidad y lo pagaron con sus vidas. Como tantos otros. Éste es el ejemplo más noble de compromiso político que ha dado jamás la democracia española.
Da la impresión de que ese compromiso -o sea esa militancia- le resulta insoportable a Kichi, tanto como para instrumentalizar a las víctimas del 11-M o del franquismo. Porque esa frase del alcalde gaditano ni siquiera demuestra que él tenga una sensibilidad especial con las víctimas del 11-M o del franquismo. Más bien al contrario. No es un tributo. Lo que hace es utilizarlas como disolvente. Reducirlas a aguarrás.