Miraremos atrás y estos días, como escribió Alcántara, serán los más nuestros. Se dirá que el cielo se puso tormentoso el primer día de la moción, que en la trasera del Congreso unos italianos disfrazados del Madrid veían la faena con curiosidad y ya es decir-, y que del supremacismo al interés común de la pluriEspaña media un Pdro y medio.
Vi a Ábalos en modo solemne como portavoceando las miserias triunfantes del PSOE. El primer día de la moción, Madrid y el Congreso parecían Sevilla en Jueves Santo: familias con el pinganillo en FM, murmullos y botellines y más comadreo que miedo ante lo que se fue -MR- y lo que nos viene -Puigdemont ministrable-.
Aitor Esteban se despiporraba de los españoles ahora que desde que Pdro es Pdro, los jubiletas de Bilbao se han desmovilizado para las mañanas de Ferreras, y los mayores vizcaínos se han vuelto a Benidorm bajo la palmera de Guernica y el privilegio de la plurinacionalidad y el sol de los maketos. Y no se engañe nadie, en el detritus de Rajoy florecen el Gobierno Frankestein y el supremacismo como unos champiñones en el bosque animado de una España que no es España pero tuitea.
Cuando España se descomponía, Rajoy se escondió cerca, y la España que lo votó, en lugar de arrepentirse, se sacaba el paloselfie y lo buscaba en un entrañable epílogo. Y después una mediocupera de Alcorcón a la puerta de las Cortes -02:33 horas del viernes- gritando "te meriendo". O antes, la ministra Tejerina posando en las medianías de Casa Manolo y del Congreso. Le pregunté que si se volvía mustia a Castilla, y vio a un niño vestido de Cristiano y le felicitó por la Champions.
En Ferraz, diez maderos velaban por el sanchismo y sus irredentos volvían a la puerta por hacer algo y meterse en la Historia: son militancia y fueron a Mondoñedo cuando la tournée de Sánchez.
Han sido días históricos, si es que la Historia la ha escrito Berlanga. Rufián, metido de matute y de macarra en la leyenda del parlamentarismo hispano, comprobó que no es suyo el monopolio de la tontería. La "cal viva" dejó de ser cal viva por un ministerio potente para los felices padres de Galapagar y el podemismo.
En estos días Patxi López madrugó, hizo algo, olvidó su pregunta a Sánchez sobre los fundamentos de una nación y todavía -a Patxi- no se le conoce oficio o aptitud.
En Barcelona hay acercamiento de presos a una conselleria.
Que "Sí se puede". La pregunta es qué.