Se la notaba ayer intrigada a Ana Oramas por el paradero de esos "cientos de millones de euros" que el Gobierno de Pedro Sánchez pactó hace semanas con el Gobierno canario y que han desaparecido de los papeles a pocas horas del Consejo de Ministros que debía ratificar el acuerdo. "Cientos de millones" no son moco de pavo, y menos para una comunidad como la canaria, acostumbrada al papel de coche escoba de los Presupuestos Generales del Estado.
Aunque ya dicen que Dios aprieta, pero no ahoga. La noticia del desvanecimiento en el éter de los cientos de millones canarios se vio compensada de inmediato, según informó el diario El Economista, por la aparición en un rincón de los Presupuestos Generales del Estado de doscientos millones de euros que el Gobierno Sánchez se ha apresurado a entregar al presidente de la Generalidad Quim Torra para que este los gaste a placer en las carreteras catalanas.
Sé lo que están pensando. ¡Son los mismos millones! No, hombre, no. ¿Cómo va un presidente progresista como Pedro Sánchez, perteneciente a un partido de izquierdas como el PSOE, a detraer cientos de millones de una comunidad infrafinanciada como la canaria para comprar con ellos los votos de los partidos nacionalistas de ultraderecha de una comunidad rica como la catalana? Ya hay que ser malpensado para ver alguna relación entre los millones canarios extraviados y los bien hallados doscientos millones catalanes. Entre los baches en las carreteras canarias y las adelfas que brotan por doquier en los parterres de las autopistas catalanas.
Del juego de manos socialista con los millones canarios se extraen dos moralejas:
1. La primera es la que señala el usuario de Twitter Pepito García:
2. La segunda moraleja matiza la "lealtad" de Ana Oramas. Porque ahí, en esos cientos de millones perdidos, tiene Ana Oramas el pago por la "mano tendida" que su partido ofreció al PSOE durante la moción de censura a Mariano Rajoy del pasado mes de junio y que se concretó en la abstención de Coalición Canaria. Roma no paga a traidores, pero el PSOE sí. Ana Oramas debería saber ya, en fin, que entre dos traidores, el socialismo siempre ha escogido al original en detrimento de la copia.