Hace muchos años, en un debate electoral, y tras decir François Miterrand que los socialistas eran los únicos capaces de mostrar compasión por las partes más desfavorecidas de la sociedad, Valéry Giscard D'Estaing miró al socialista meneando suavemente la cabeza y, con un fondo de pena en la voz, le susurró: “Señor Miterrand… ustedes no tienen el monopolio del corazón”. Dicen que esa frase le valió ganar las elecciones.
El eterno problema del socialismo es ese: que cree que tiene el monopolio de todo lo bueno, lo noble y lo justo. De la indignación por la violencia contra las mujeres. Del interés por el cine. De la inquietud por la educación. Del desprecio por las dictaduras. También, cómo no, de la intelectualidad y los intelectuales de hoy, de ayer y supongo que de los de mañana.
Hace tres días, un tuit de la cuenta oficial del PSOE reprochaba en un tono más bien macarra a Albert Rivera que se atreviese a recordar a Antonio Machado en el aniversario de su muerte. Por supuesto, se desató el cachondeo en las redes. Begoña Villacís, que a veces tiene retranca gallega, preguntó quién de la ejecutiva del PSOE daba los permisos para evocar a Machado. El monopolio socialista, ya saben. Suyos son la justicia social, el respeto a las minorías, la solidaridad universal, Machado, Lorca, Alberti, Gerardo Diego y Rosalía de Castro, Azorín y Unamuno, Pla y Castelao, y no reivindican a la Pardo Bazán porque era condesa y les da miedo que se les reboten los progres.
Reclamar la propiedad de un escritor es tan absurdo como imposible: los autores pertenecen a los lectores y nada más que a ellos. Por eso desconcierta que quienes presumen de sensibilidad artística se pongan como hidras porque les tocan las Soledades o los Campos de Castilla, de la misma forma que Farruquito protesta cuando Rosalía canta por el palo que le da la gana.
Machado no es de nadie. Su obra es de aquel que la conoce, la lee, la comparte. De todo el que una vez se emocionó evocando las lágrimas por Leonor, la huida a Colliure o los últimos versos arrugados en la chaqueta del poeta “estos días azules y este sol de la infancia”.
Yo no sé si Antonio Machado se reconocería en este PSOE demediado y ramplón que reclama el monopolio de tantas cosas intangibles. Este PSOE que se da el pico con Esquerra Republicana, instrumentaliza a los poetas y está comandado por un señor que escribe libros de chirigota y se cree que Machado nació en Soria.