A los que somos lumpenproletariado se nos ha quedado un año prometedor, un Gobierno progresista, un patxi contento y un guardia civil expulsado de Navarra. A expensas de que el Consell de ERC diga 'guau', 'muh' y 'visca la República', España amanece peor que ayer y mejor que mañana. El día que se inaugura una década, según mis cálculos, ha hecho frío de sabañones, acaso para recordarnos que en el Portal de Belén del 78 soplaban calor el buey, la mula, y que la convivencia y la ley abrigaban. Vivimos por encima de nuestras posibilidades, nos dimos la paz y la palabra, nacimos a Curro y a Cobi y hasta un señor de Fuentealbilla nos regaló un gol feliz, acaso el ultimo de nuestra democracia.
A los que somos lumpenproletariado, Ábalos nos ha puesto un AVLO, que es un AVE barato y con un mingitorio que creemos que evacua en las vías por ganar espacio e incomodidad. Con eso y con Garzón en la terna ministerial, seremos felices, porque el hombre que implosionó Izquierda Unida, el mismo que gruñó y después pactó con botellines, nos da cada día una lección de cómo ser comunista por todo lo alto. Y Albertito Garzón lo hace en esos ensayos urgentes en los que se adivina a todo un Azaña.
A los que somos proletarios y lumpen y canallitas, Sánchez nos ha regalado una España plural y a un PNV cazurro, identitario, que ha llegado a la fase más alta de su misión histórica. Porque Pedro Sánchez ha cumplido su sueño de ser una flor en la felonía mientras que el país dormita en sus días entrañables. Darle el referéndum a quienes lo piden, agitar el leonesismo, meter a niños repelentes en el Consejo de Ministros es el sino de los apasionantes tiempos que se avecinan. Quien cuenta la realidad es un activista, como nos ha recordado un periodista que pasó a mejor vida.
En el Metro dos snob en mallas van a la payasada de correr en multitudes y dicen en alto que pasan de la política. En Argüelles se va levantando la neblina, los escaparates están cerrados y la gente cuida de niños rubios a los que el narcisismo y la ignorancia les ha privado de futuro. Los jubilados viven en la paz de la próstata y los barones del PSOE apuntan su mirada hacia esa misma jubilación.
Sánchez, a uno del uno del veinte, somos todos. Y en el pecado llevamos enero y la penitencia.