En el espectáculo de comedia El Eje del Mal, el egipcio-americano Ahmed Ahmed bromeaba con la complicación de ser musulmán en el mundo posterior al 11-S. Cuenta que cuando hablaba árabe en público trufaba su discurso con palabras biensonantes en inglés para no asustar al personal.
La técnica de Ahmed es muy popular entre políticos que buscan enmascarar la vacuidad de su discurso arrojando términos que sólo consiguen delatarla: resiliencia, sostenibilidad, digitalización, ya saben. Esta maña es común también entre aquellos que pretenden marcar un perfil propio ante una oferta política melliza.
Es el caso de Más Madrid, que aspira a distanciarse de Podemos apelando a las propuestas verdes. Se trata, claro, de subirse al exitoso carro del Die Grünen. Este partido ecologista alemán, liderado por Annalena Baerbock, vive un dulce momento demoscópico.
El previsible éxito de Más Madrid en las elecciones del 4 de mayo puede marcar el principio del fin de Podemos, cuyo líder, Pablo Iglesias, parece irremisiblemente atrapado en su propia caricatura.
Iglesias colgó el traje de vicepresidente en el armario y se enfundó una sudadera negra para visitar al pueblo. El gesto vuelve a poner de relieve la torpe asociación que Iglesias establece entre pueblo e informalidad: el pueblo no se pone traje, el pueblo dice palabrotas, el pueblo son moños y pendientes.
En esto, Íñigo Errejón siempre ha sido más astuto. No se viste para que lo aplaudan en Vallecas, sino para que lo bailen en Malasaña, que es donde se crean hegemonías.
Con su abrigo ecológico de la marca Ecoalf (359,90 €), sus zapatillas New Balance (160,00 €) y sus Ray-Ban Wayfarer (145,00 €), Errejón sintoniza con la joven izquierda burguesa a quien Podemos le huele a muerto y el PSOE a naftalina.
A la candidata Mónica García no le ha pesado su inexperiencia y ha sabido mostrar sus virtudes en campaña. La desorientación de Ángel Gabilondo y los desequilibrios de Iglesias han ayudado a convertirla en la opción más saneada de la izquierda.
Pero el principal problema de Más Madrid es Más País. Sí, Errejón es tan higiénico y educado que se nos olvida su pasión por algunas tiranías o su sometimiento a las tesis nacionalistas. Pero Más País es, por definición, un partido incapaz de decir "España".
Esto podría ser una anécdota si no compartiera grupo parlamentario con Junts, Compromís y BNG.
A nivel municipal y autonómico, Más Loquesea puede resultar atractivo, incluso útil. ¿Pero qué hacemos con Esepaísdelqueustedmehabla? El compromiso del errejonismo con el medioambiente está fuera de duda. Es su compromiso con las víctimas del nacionalismo lo que está siempre verde.