“De tanto pasar hambre, nos comimos el miedo”. En Cuba, en sus calles. El pueblo alza la voz y una vez más (y van 61 años) se le silencia a palos.
Cuba, ese parque temático de la Revolución en el que ningún comunista se quedaría a vivir.
Y muchos, la mayoría, al otro lado del océano, en España, sentimos una vergüenza inmensa por nuestro Gobierno y el asco se nos hace bola cuando escuchamos o leemos lo que evacúan muchos de nuestros representantes, todos a la izquierda, hablando de Cuba.
Y yo me pregunto… vosotros, los de la superioridad moral, los del meridiano de Greenwich de los derechos humanos. Políticos, intelectuales, gente de la cultura (¿?). ¿Qué os impide ver una dictadura cuando la tenéis enfrente?
¿Qué os hace ciegos ante la represión, las torturas, la persecución y la falta de los derechos y las libertades más esenciales? ¿Por qué toda vuestra conciencia de cazadores de gamusinos fascistas y franquistas, siempre alerta ante cualquier nosequéfobia real o imaginaria, se duerme cuando se trata de regímenes socialistas o comunistas presentes o pasados? ¿De qué pasta moral estáis hechos?
Que si el bloqueo, que si en otros países, que si la Covid-19, que si es mentira, que si deberíamos estar hablando de otras cosas. ¿De la dictadura venezolana? ¿De la de China? ¿De Corea del Norte ? ¿Quizás de Irán?
Fijaos que no os pido que condenéis la reciente elección como presidente de ese país de Ebrahim Raisi, uno de los responsables de la matanza de 30.000 presos políticos en 1988 (para que os orientéis, como si hubiesen elegido a dedo a Radovan Karadzic o a Ratko Mladic, los asesinos de Sbrenica, como presidentes de Serbia). No, ya sé que Irán queda lejos y paga bien.
Pero alguna diferencia moral habrá entre nosotros para que yo pueda condenar a Irán y a la vez a Qatar y Arabia Saudí sin plantearme que censurar a una dictadura implique no poder hacerlo con las otras.
Para que, por mucho que piense, no se me ocurra una sola dictadura a la que defienda o a la que otorgue el beneficio de la duda. Porque no imagino una sola justificación para privar de libertad y matar de hambre a todo un pueblo.
Habéis conseguido que se elimine de los libros de texto cualquier referencia a los horrores de los regímenes comunistas, que algunos de los peores asesinos de la Historia se conviertan en iconos pop, que horrores como el Holodomor (en el caso de que se mencione) se crea que es algún parte de la geografía de El señor de los anillos y no el asesinato por parte del régimen soviético de entre siete y diez millones de ucranianos.
Habéis logrado que vuestra condición de comunistas, de comunistas en el Gobierno, no cause el mismo espanto en España que en cualquier otro país europeo.
Habéis banalizado la represión contra el disidente de todos y cada uno de vuestros paraísos comunistas.
Si es que hasta nuestro presidente llamó "gran salto adelante", 62 millones de chinos muertos, a su remodelación de Gobierno. Sin inmutarse.
Os negáis a preguntaros por qué de esos paraísos la gente huye si puede. Por qué te impiden marcharte. Por qué, a pesar de esas virtudes que les veis (ejemplo para vosotros), no son la meca de los parias de la tierra ni de nadie que pretenda mejorar su vida.
Yo os lo digo. Porque son una cárcel. Porque no hay ni un solo ejemplo de éxito. Ni uno.
Cuando escribo esto, en Cuba ya hay como mínimo 200 desaparecidos. Artistas, activistas, youtubers, gente corriente que ha perdido o ha sorteado el miedo. Jóvenes, niños, ancianos.
El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, ordena “la caza de manifestantes” y sus mercenarios salen a cazarlos con palos y pistolas.
“España, como país iberoamericano, sigue con mucho interés y muy de cerca la situación en Cuba, tras los acontecimientos registrados el lunes, y está a la expectativa de ver cómo evoluciona a día de hoy la situación”. Comunicado del Ministerio de Exteriores español.
Al Gobierno de España no le consta que Cuba sea una dictadura.
Asco. Mucho asco.