El sábado irrumpimos en casa de la abuela al grito de “¡Las corbatas! ¿Dónde están las corbatas?” y vaciamos el armario del difunto abuelo de esa prenda opresora, heteropatriarcal y clasista. Y encima el abuelo tenía una buena colección de ellas, ya que era cajero del Banco de España. Figúrense.

El presidente Pedro Sánchez, este viernes en rueda de prensa.

El presidente Pedro Sánchez, este viernes en rueda de prensa.

A la abuela la calmamos explicándole pedagógicamente que era en beneficio de la Agenda 2030. Había que abastecerse de corbatas para hacer fuego con ellas y calentarnos cuando llegase el frío. La abuela lo entendió, o no, porque balbuceó algo de Vladímir Putin. Aunque yo creo que más bien nos llamó hijos de mala madre.

Da igual. Ahora con los calores nos hemos traído al primo Iñaki de la Ribera de Navarra y lo tenemos 16 horas al día pedaleando en casa. Con esa energía que produce vamos tirando para la luz. Cuando se cansa, se viene abajo, le cantamos “Induráin, Induráin, Induráin. ¡Induráin! ¡In-du-ráin!” y se viene arriba de nuevo. ¡Aúpa, Iñaki!

Evidentemente, el aire acondicionado ni mencionarlo. Vade retro! El otro día fuimos al Corte Inglés a comprar abanicos y casi nos da un soponcio al comprobar el frescor que hacía en la tienda.

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Evidentemente, fuimos a hablar con el director del centro, pero nos recibió el encargado de la planta de caballeros (¡encorbatado!), con malos modos, replicándonos si es que acaso nos habíamos pensado que aquello era una macrosauna.
  
Sólo le habíamos pedido que apagase aquel aparato del demonio o que al menos lo pusiera a 29 grados en modo eco (que a partir de 27 grados Pedro y la UE lo permiten). Casi le arranco la corbata al Emidio Tucci ese. Me conformé con llamarle “negacionista”, “trumpista”, “prorruso” y “vasallo de las multinacionales”.

Ah, mi hermana se ha comprado un coche que funciona con el pensamiento, como en la novela Los años extraordinarios de Rodrigo Cortés. Lo malo, es que como mi familia es nueva en esto, no tenemos suficientes ideas resilientes y de progreso para subir las cuestas que hay a la altura de Jerez. Y mira que le ponemos empeño. ¡Recitamos cada editorial de El País!

Para solucionarlo, cada vez que salimos a carretera nos llevamos a un concejal del PSOE en el coche, gente concienciada. Una vez pasamos Puerto Real empezamos a picarle diciéndole que indultos a Manuel Chaves y José Antonio Griñán ni mijita, que cumplan hasta la última letra de la sentencia.

Y entonces, el socialista empieza a justificarlos con unas contorsiones intelectuales que ya quisiera la niña del exorcista. Que si el bueno de Manolo, que si Pepe es buena persona y no se ha lucrado, y el coche sube el cuestarrón del Aqua Sherry que da gusto.

[La patronal textil, contra Sánchez por su "ridícula" petición de no usar corbata: "Se pueden perder empleos"]

Cuando salíamos con el auto antiguo, el de gasolina (no piensen mal: eso era antes de la invasión de Ucrania), para ahorrar en combustible no poníamos la radio y cantábamos nosotros coplillas de la tierra. A decir verdad, la que más nos gusta es la del Vaporcito de El Puerto, pero claro, lógicamente no íbamos a cantarle a aquel barco de combustión. Así que adaptamos la letra:
  
“Ay, embarcación ecofriendly que funciona gracias a la energía fotovoltaica que recogen las placas solares estratégicamente ubicadas en tu estructura aerodinámica de El Puerto cuando en ti me embarco, cuando en ti navego…”.

Para que podamos ver la tele (o sea, TVE, Cuatro y La Sexta) Kichi nos ha facilitado a los ciudadanos que tenemos más de 200 puntos carril-bici (en casa sumamos 543 gracias a que en sus ocho horas restantes tenemos al primo Iñaki paseo marítimo arriba, paseo marítimo abajo con la bicicleta de alquiler solidario) un conductor de energía maremotriz. Los días que hay marejada podemos ver hasta los amistosos de la selección femenina Iberdrola.

¡Y lo del huerto vertical urbano! ¡Qué maravilla! Que tenemos la fachada de casa que parece el perrito Puppy, el del Guggenheim de Bilbao.

La pena es que hemos tenido que quitar de las ventanas las banderas de Ucrania, pero no porque dañen el cultivo, que la marihuana terapéutica lo resiste (resile) casi todo. Sino porque la gente es muy burra y se creen que son enseñas del Cádiz CF y nos pitan celebrando con sus coches.

Y no es cuestión de que gasten más gasolina por culpa del claxon. ¡A ver si con las tonterías va a ganar Putin!