Entre el de Johnny Cash y el de Jimmy Somerville (61), así es el nuevo corte de pelo de Bruce Springsteen (73). Luego, si queréis, hablamos del disco. ¿Se imagina al lector a un Boss sin pelo alguno? No es moco de pavo.
La evolución capilar del artista es siempre directamente proporcional a la longevidad de su carrera. Así que me he pasado la semana desde que Springsteen colgó la fantástica portada de su nuevo álbum -doble, por cierto- pensando si es él el que elige el color del bronceado que luce en su activa cuenta de Instagram, y ese tupé de rockero viejo. O si tiene un equipo de asesores que se presentan un día en la casa estudio, donde su señora Patti Scialfa le ha mandado para trabajar, y le ponen sobre la mesa viejas fotos de otros rockers en su senectud (Roy Orbison es un buen ejemplo).
¡Ay, la silver economy! ¡A lo que obliga a los cantantes!
O bien se parapeta uno en el disfraz de Bob Dylan (81) -gorro Stetson bien calado para evitar que se le vea la mirada, eyeliner fuerte, camisa tejana y lazo al cuello-, o bien tira de camisa remangada, bíceps fuertes, bronceado UVA y pelo teñido engominado con rapadura lateral.
Manolo García (67) también sabe cómo cuidar la mata de pelo para evitar el ocaso artístico. Y su gira continúa cosechando bises y taquillas agotadas. Me alegro mucho: García, tras la retirada de José María García (78), es el mejor defensor del apellido más común de estas Españas (1.455.000 personas se apellidan así).
Parece ser que se le escapó a Jann Wenner (76), de promoción de sus memorias -¡ay, estos editores retirados que no se resisten a ver los focos apagarse!- que Springsteen tendría nuevo disco. Los dos tuvieron una conversación promocional -ojo, con tickets a la venta, nada de gratis-. El jueves pasado, Springsteen publicó la portada del disco, sin la E Street Band (no se ve la cara de ninguno de los músicos en el vídeo), y una grabación explicando a sus seguidores el porqué de aquello.
Springsteen lo argumenta leyendo el texto en un telepromter frente a las caballerizas de su casa, en un día lluvioso, sentado sobre el capó de un descapotable y con un aspecto de cincuentañero que a buen seguro excitara a la audiencia más sénior. El primer mandamiento de la silver economy es que, aunque seas un yayo, tienes que parecer veinte años menor.
Only the strong survive será doble y podrás comprarlo el 11 de noviembre. Es el disco 21 de la carrera del de Nueva Jersey. Es también su primer álbum de versiones desde que rindiese tributo a Pete Seeger con We Shall Overcome: The Seeger Sessions. Se trata de un homenaje al soul vocal con repertorio entre otros de Smokey Robinson (82), Jerry Butler (82), Sam Moore (82) de Sam and Dave, Tyrone Davis (66), The Four Tops, Aretha Franklin, The Supremes de Diana Ross o Jackie Wilson. Todos negros, por cierto, en lo que es un viaje más de un blanco haciendo greenwashing con el repertorio de color americano.
Do I love you (indeed I do), el único tema conocido hasta ahora, es una canción que Frank Wilson lanzó en la Motown en 1965. Springsteen lo firma con 6 segundos más. El repertorio del álbum, además de bucear en las canciones menos conocidas de la venerable Motown, promete un viaje iniciático para muchos por el repertorio de sellos como la Stax (imprescindible) de Memphis o del de los compositores Gamble y Huff, padres del Sonido Filadelfia.
El repertorio da pistas de lo que puede ser la gira de primavera que arranca en Barcelona en el Estadi Olímpic, el viernes 28 de abril y el domingo 30, con todo el papel vendido. Tras la gira -como siempre, organizada por Doctor Music- se encuentran Jon Landau (75), el experiodista de Rolling Stone y mánager de Springsteen que es fiel a sus promotores locales, y Neo Sala, que se ganó su confianza hace tiempo. Su mano derecha, el veterano Dani Martínez, será el hombre más buscado las semanas previas. Siempre al lado de Neo, Dani, rocker fiel, gestionara el primer concierto de la gira europea del Boss que arranca en Barcelona y acabará, por el momento, en Monza a no ser que se vayan añadiendo más.
Para los puretas, el lanzamiento del nuevo disco coincide con el 40 aniversario de Nebraska, su sexto disco. Hasta las orejas de cantar el Hungry Heart, abrumado por el éxito de The River, Springsteen escogió hacerse pequeño con un disco anticomercial. Hoy parece una buena decisión estratégica, pero entonces se entendió como un pequeño suicidio. Es cierto que Bob Dylan lo había hecho John Wesley Harding, después de Blonde On Blonde, y Neil Young en Time Fades Away, después de Harvest. Pero Springsteen había vendido muchísimo más.
Nebraska fue el primer disco acústico del Boss, editado directamente de su registro en una Tascam (la grabadora que todos utilizaban entonces para las maquetas) y que con el tiempo se ha consolidado como una de sus mejores propuestas. Ah, ¿que ya lo tienes? Pues afloja la mosca y regálale a alguien la edición de vinilo Black Smoke con una impresión artística de Justin A. McHugh.
Así es el business, amigo. La música, lo primero, pero de facturar nadie se olvida. Para los más frikis, apunten que el álbum ha sido masterizado a media velocidad para la nueva versión por el ingeniero Barry Grint, e incluye un libreto escrito por el periodista Peter Ames Carlin, autor de la biografía de Bruce Springsteen, Bruce. Eso sí, para comprarlo tienes que suscribirte aVinyl me, un club para amantes del vinilo, con ediciones limitadas que solo se encuentran allí -no pierdas el tiempo con Amazon o Discogs (solo lo encontrarás cuando alguien lo revenda).