Imposible describir el papel que Dominic West interpreta en The Crown en su última temporada como Principe de Gales sin su apabullante armario de trajes a medida. ¿Le habrán regalado los trajes tras el rodaje? Seguro que sí, son a medida. Tampoco es posible obviar las críticas que dicen que West es demasiado sexy para interpretar a Charles. Obvio, pero se trata de ficción.
Nunca como ahora la sastrería a medida masculina estuvo tan viva y tan asociada al poder. Si para ellas las luces largas de la distinción son bolsos, zapatos y joyas; para nosotros son, en este orden, la sastreria a medida, y en segunda posición empatados relojes y zapatos, aunque yo prefiero zapatos antes que relojes. Y luego, claro, están las luces de cruce, las de todos los días, en la carretera: un buen corte de pelo, las camisas entalladas, la corbata napolitana o la parisina de Hermes.
Así que pierda el lector ese primer miedo a encargar sus trajes y déjese mimar por el made to mesure. Si el presupuesto, como es normal, escasea apueste por trajes a medida que no cansen, azules o grises eternos, y un corte que dure al menos una década. Elegir con cuidado donde lucirlos es ley, porque en el planeta pret a porter es fácil llamar la atención con un buen traje masculino cortado por un buen sastre pero se corre el riesgo de ir vestido de mas.
A continuación algunas pistas para vestir sobre seguro:
En Londres Edward Sexton (80), el provocador sastre que vistió a Bianca Jagger durante tanto tiempo, ha regresado a Savile Row después de 32 años de ausencia. Su nueva tienda ha sido celebrada por Anda Rowland, propietaria de la venerada sastreria inglesa Anderson & Sheppard, como miembro de la Savile Row Bespoke Association. Apunta que los albornoces de Rowland no son a medida pero prometen elegancia extrema tras un baño.
El sastre más famoso del rock ingles ya acepta encargos. Cortó para Elton John sus trajes más extravangantes, vistió a Bobby Gillespie o a Jarvis Cocker, cosió esmoquins a Andy Warhol y a su contable Fred Hughes y, si quieres, puede vestirse a ti. Ya, ya se que te estás preguntado cuánto y cuándo… Sexton, que siempre dice que no se hizo sastre por el dinero sino porque quería ser el mejor, te cobrará 6.000 libras por un traje a medida, aunque tiene una línea de ready to wear a partir de 1.100 libras, y también ofrece trajes que él corta pero que cosen sastres educados por él en China por 2.750 libras. Apunta: Savile Rowe 35, y pide cita. Para ir abriendo boca su página web es sugerente y es un buen comienzo.
Si te imaginas más como el cavaliere Gianni Agnelli que como James Bond, la oferta de Italia es imbatible. En Milán, si el cliente quiere distinguirse conviene apuntar el oficio y las buenas maneras de Augusto Caraceni, recomendado por el exmarchante Simon de Pury, fundador entre otras de la casa de subastas Phillips. En Florencia toma nota de Liverano & Liverano, del octogenario Antonio Liverano, una leyenda vida del oficio (Via dei Fossi 43. 50123. Liverano.com ), o el uffizi de Eredi Chiarini, también florentino, donde Tommy Hilfiger (71) se corta los trajes que no se fabrica a sí mismo.
Para trajes italianos de primera división sin coger un avión, Brioni claro, el Patek Phillippe de los trajes, en su tienda en los bajos del hotel Mandarín de Barcelona o en Madrid Canali, la sastrería asociada a Daniel Yusty. Prada, Dolce Gabanna y Armani también ofrecen sastrería a medida que mandan a Milan a cortar a partir de 3.000 euros. Si aún no te animas con la sastreria pero quieres ir imbuido de estilo italiano presta atención a los detalles. Corbatas italianas, sin duda, en E. Marinella, de Maurizio Marinella en Nápoles, o un buen regalo, los paraguas milaneses de Ombrelli maglia.
En Madrid se viste bien, pero estamos lejos de los italianos. Los grandes sastres locales son una buena manera de entrar, los clásicos: Jaime Gallo, sastre del rey Felipe VI y de Pablo Álvarez, presidente de Vega Sicilia; Joaquín Fernández, ex Langa, asociado con el elegante hostelero y merengón José Antonio Eurgercios , propietario del Grupo Pradal. Y claro, Man 1924, Scalpers, Lander Urquijo, recién mudado a unos metros más arriba en la calle de moda del momento para el retail, Lagasca. Y en Barcelona la sastrería de Santa Eulalia y Armani made to measure son dos de los referentes claro.
Apunta también los buenos servicios de Diego el limpiabotas de Homine, la peluqueria de la calle Guturbay. Y si eres torero Fermín, claro, el sastre de Alejandro Talavante, en la calle Aduana.