Yo venía a hablar de fútbol y de alcaldes. Que es de lo que ha ido el fin de semana, vaya.
Iba a contar que Marifrán Carazo, la primera regidora de la historia de Granada, llega a la alcaldía encontrándose un panorama histórico en lo deportivo. Por primera vez el equipo de baloncesto y el de fútbol coinciden en la élite de sus competiciones.
El Covirán logró una permanencia agónica en la ACB el miércoles 24 y mi Granada CF ascendió a LaLiga Santander la noche del sábado. A la exconsejera de Fomento le han dejado a sus pies una ciudad de primera categoría. Aunque el hasta hoy alcalde, Francisco Cuenca, sea el auténtico forofo nazarí, y que ella, vallisoletana de cuna, haya celebrado los triunfos desde sendos palcos con más impostación que un trastornado de personalidad múltiple en Tu cara me suena.
Pensaba engarzar la victoria de la pucelana Carazo con la delicada situación del Real Valladolid, que se jugará el ser o no ser en la élite el domingo 4 de junio. Y, de paso, iba a hablar del socialista Óscar Puente, que hizo un Gurb cayéndose en una zanja el pasado 27 de abril. Un mes después, el 28 de mayo, lo tiraron del ayuntamiento castellano.
A continuación, tenía pensado desearle lo mejor al Pucela de Miguel Delibes ("anteponía al espectáculo el triunfo de mi equipo el Real Valladolid") y de Magnífico Margarito, a quien Dios mediante desvirtualizaré el jueves 1 en la presentación de su Ya estoy escrito en Sevilla.
Una ciudad (bueno, la mitad de ella) que podría estar de celebración ese día, festejando la séptima Europa League del Sevilla F. C., equipo del flamante alcalde de Hispalis, José Luis Sanz. De conseguirlo, recortarían distancias los populares respecto al PSOE en lo que a uefas palanganas se refieren: de tres a cuatro, ya que dos de ellas se lograron con Zoido al frente del Ayuntamiento. Y contaría que el miércoles en Budapest en un banquillo se sentará José Mourinho y en el otro el vizcaíno José Luis Mendilíbar.
Lo cual me daría pie a introducir al flamante alcalde de Cádiz, Bruno García. Que aunque no es de Vizcaya, como El zorro de Zaldívar, es del Athletic Club de Bilbao. Equipo que perdió su más reciente partido contra el Elche, desahuciado colista, en el descuento (minutos extras en los que también ganó el popular las municipales). Y que, curiosamente, se enfrentará al Cádiz (los ilicitanos), en lucha por la permanencia, el próximo domingo 4.
Y qué redondito me hubiese quedado enchampelando (busquen en el diccionario) el anterior párrafo con el que sigue:
"Bruno García León, como su segundo apellido indica, es hincha de los leones de San Mamés. Pero, curiosamente, aunque sea jerezano, será el primer regidor de Cádiz en democracia nacido en la provincia. Carlos Díaz es de Sevilla; Teófila, de Santander, y Kichi, de Róterdam. Aparte de alcalde, Bruno funge de guardameta, como su ídolo, 'el Chopo' Iríbar".
Iríbar, que es coetáneo de Francisco de la Torre (80 años). Lo que me hubiese dado pie a hablar de los comicios locales malagueños, donde barrió por séptima y (pen)última vez el popular Paquito.
Un primer edil que tomó el bastón de mando en el año 2000 con el Málaga CF en primera división. Y que se enfrentará a su (pen)último baile con el equipo boquerón recién descendido a tercera categoría. Algo inédito en sus 23 años de mandato, donde la escuadra blanquiazul tocó techo jugando unos cuartos de final de Champions League contra el Borussia Dortmund, equipo que el pasado sábado regaló la Bundesliga al Bayern de Múnich.
Un club, el bávaro, que se enfrentó (qué bien me hubiese quedado este artículo) el 23 de mayo de 2001 al Valencia CF en la final de la Champions League. Entonces la alcaldesa de la ciudad del Turia era Rita Barberá. Desde el domingo lo vuelve a ser otra mujer de derechas, María José Catalá. Que en el apellido lleva el origen, como el RCD Espanyol, al que el equipo che mandó a segunda división el mismo día de las municipales (que ganó Trias, pero ganó Collboni) con un gol postrero.
El club periquito, el de Illa y Rufián, a punto estuvo el pasado miércoles de darle la vuelta como un calcetín al 0-3 con el que marcó las distancias el Atlético de Madrid. Del que a su vez es socio el holgado regidor de la Villa de Madrid, Martínez-Almeida. Los colchoneros se jugarán la segunda plaza liguera con el Real Madrid de la reelegida presidenta de la Comunidad, Díaz Ayuso.
Hubiese rematado con que el equipo merengue de baloncesto aplastó el domingo al Gran Canaria en el WiZink Center en el primer partido de play-off de la ACB. Una capital, la canaria, que frente al chasco del basket se llevó una gran alegría el pasado sábado cuando su equipo de balompié, la UD Las Palmas, retornó a Primera tras empatar con el Alavés (de Maroto a EH Bildu). En esta isla tendrá uno de sus pocos consuelos Sánchez, con el éxito municipal de la exministra Carolina Darias.
Pero, claro, todo se fue al carajo con el adelanto de las elecciones generales por parte del presidente de Gobierno. Todo queda condicionado por ello.
Me acordé entonces del relato de Hughes, a la sazón cronista de fútbol en ABC y merengue hasta el coma diabético, cuando el Madrid ganó la décima Champions en el descuento con el cabezazo de Sergio Ramos. Venía a contar que hubiese preferido que ganase el Atleti (antes que el equipo de su alma) a tener que cambiar de pe a pa toda la crónica, que tenía ya rematada a punto de golpe de enter. ¿O fue Jabois? No sé. El caso: no dejen que la realidad les estropee un buen titular.