Pablo Iglesias y Manuela Carmena han aprovechado la intervención financiera del Ayuntamiento de la capital de España por parte de Montoro para desactivar a las facciones más díscolas de Ahora Madrid y librarse así de hipotecas futuras en la confección de las listas de 2019.
El líder de Podemos y la alcaldesa de Madrid pretenden sofocar definitivamente a su oposición interna y allanar así los próximos procesos de primarias en una plaza crucial en términos electorales. El objetivo último sería permitir que Carmena diseñe una candidatura a su medida, en la que el ex JEMAD Julio González se integraría como delfín a la sucesión, y dejar a Íñigo Errejón manos libres en la lista de la Comunidad para intentar derrocar a Cristina Cifuentes.
Problemas disciplinarios
La pugna por zafarse de Montoro, asumiendo un Plan Económico Financiero (PEF) concebido con criterios de austeridad -y por tanto antagónico al programa económico de Ahora Madrid-, había aflorado todos los problemas disciplinarios que arrastraba el equipo de gobierno desde que Carmena se convirtió en alcaldesa en 2015.
El punto más candente de la tensión interna se ha producido este lunes, después de que la asamblea de IU en la capital encomendara al ya ex delegado de Economía y Hacienda, el controvertido Carlos Sánchez Mato, presionar a la alcaldesa para que el plan de ajuste no llegara a pleno sin consultar a las bases.
Con el voto del PP
La alcaldesa le ha cogido el guante y lo ha relegado del cargo antes de sacar adelante el programa de ajuste financiero junto al PP y con la oposición de PSOE y Cs. La caída de Sánchez Mato y el maridaje contra natura con la derecha ha agravado la tensión en el equipo de Gobierno y ha levantado ampollas en la formación que dirige Alberto Garzón. También entre los representantes de las corrientes internas minoritarias de Ahora Madrid.
En toda esta pugna política, el objetivo financiero de recortar 250 millones de un presupuesto de 4.500 millones es, en realidad, secundario. De lo que se trata es de resolver un complicado juego de tronos en el que los dirigentes del partido han puesto toda la carne en el asador para controlar absolutamente la organización.
Una 'killer' y un Fouché
Con esta jugada, que en nada desmerece las maniobras de los viejos partidos, Podemos certifica su mayoría de edad. Carmena se confirma como una killer de la política que no duda en quitarse de en medio a sus concejales más radicales. Ya lo hizo con Guillermo Zapata y con Celia Mayer al frente de Cultura -lo que la congració con buena parte de la opinión pública- y ahora añade otro trofeo a su palmarés con la expulsión de Sánchez Mato. Pablo Iglesias, por su parte, en la sala de máquinas de esta operación interna, se ratifica como un auténtico Fouché.