Dos días después de que Artur Mas y Carles Mundó anunciaran su retirada de la política, Joaquim Forn, Jordi Sánchez y Jordi Cuixart han manifestado en el Supremo que renuncian a la vía unilateral de independencia y que abandonan ese "tren". Son bajas muy sensibles para Puigdemont, que le aíslan todavía más. Baste decir que Sánchez, expresidente de la Asamblea Nacional Catalana, fue el número dos en la candidatura que Puigdemont encabezó el 21-D.
Pero aún es más relevante si cabe el paso atrás dado por Forcadell, que este jueves anunciaba su decisión de seguir sólo como diputada de a pie. Y es que el expresidente huido estaba empeñado en desquitarse del 155 restituyendo a los principales cargos que éste apartó. Eso pasaba necesariamente por que él volviera al Palau de la Generalitat, Oriol Junqueras a la vicepresidencia y Forcadell recuperase la presidencia del Parlament. Ya no será posible.
Goteo de deserciones
Este goteo de deserciones, unido a las dificultades de una investidura telemática o por persona interpuesta, ha provocado que ya se barajen nombres de posibles sustitutos de Puigdemont como candidatos a la Generalitat. Hoy en EL ESPAÑOL avanzamos cinco, tres de ellos escogidos de las propias filas del expresidente: Elsa Artadi, Albert Batet y Teresa Pallarés.
No parece casual, en cualquier caso, el hecho de que la mayoría de quienes han acabado haciendo apostasía de la vía unilateral de independencia hayan sido personas que han pasado por prisión. Artur Mas no lo hizo, pero de momento ya ha visto comprometido seriamente su patrimonio por las fianzas millonarias a las que ha tenido que hacer frente por orden del juez.
El contexto y el entorno
Al final, lo que no ha podido lograr el Gobierno por su torpeza y atolondramiento lo está consiguiendo la Justicia. Una Justicia que ha actuado de forma independiente, obviando las presiones del Ejecutivo. Recuérdese que mientras Forcadell declaraba en el Supremo, el ministro Zoido insistía en que el instructor, antes de decidir, debía tener en cuenta "el contexto y el entorno".
Ahora conocemos también que Hacienda está determinada a dejar de controlar las cuentas de la Generalitat en cuanto se retire la aplicación del 155, esto es, cuando haya nuevo presidente en Cataluña. No sólo el Gobierno aplicó tarde y mal sus recetas, sino que ahora parece que tiene prisa por suprimirlas. Menos mal que aún hay jueces en España.