La declaración del director de EL ESPAÑOL en el Congreso de los Diputados que infructuosamente intentó suspender el PP ha permitido presentar en la Comisión Bárcenas 13 episodios y ocho elementos de prueba sobre la implicación de Rajoy en la caja B de su partido. Pedro J. Ramírez aportó desde los detalles que prueban la familiaridad que existía entre el presidente del Gobierno y el extesorero, hasta los pormenores de los pagos de éste a dirigentes del PP.
De la prolija exposición de Pedro J. Ramírez, que se extendió por espacio de tres horas, cabe colegir que es imposible que los sobresueldos fueran falsos. Como él mismo argumentó, no es creíble que Álvaro Lapuerta y Luis Bárcenas empezaran a configurar pruebas falsas años atrás, en forma de contabilidad B, y hacerlo día a día, para poder emplearlas en un futuro como elemento de coacción si tenían problemas con el partido.
En el despacho de Rajoy
El periodista, que explicó cómo la denuncia de la financiación irregular del PP le costó su cargo de director de El Mundo en 2014, pidió a los diputados que dejen a un lado sus discrepancias y adopten medidas de regeneración democráticas para que situaciones así no vuelvan a producirse.
Cuando se le preguntó si creía que Rajoy estaba al tanto de lo que ocurría, manifestó que era imposible "manejar cantidades" tan grandes a espaldas del máximo responsable de la organización: "Todo desembocaba en el despacho de Mariano Rajoy, tanto cuando estaba en Génova [sede central del partido] como cuando estaba en la Moncloa", dijo tajante.
Los nervios del PP
El argumento más claro en este sentido lo dio cuando, inopinadamente, se le planteó desde las filas del PSOE si podía afirmar que Rajoy era "el Señor X" del PP. Pedro J. Ramírez explicó que de la misma forma que el Supremo ha mantenido en la cárcel a Junqueras al no dar crédito a su versión de que desconocía lo que hacían sus subordinados en la Generalitat, e igual que resulta imposible que González no supiera lo que hacían Vera y Barrionuevo en el caso de los GAL, tampoco cabe creer que Rajoy desconociera lo que hacía el tesorero del PP.
Vista la intervención del director de EL ESPAÑOL se comprende que el grupo parlamentario del PP intentara callarle y que se opusiera a su compareciera en la Comisión Bárcenas. Al final, su diputado Eloy Suárez, ante la impotencia de no poder rebatir los argumentos e indicios aportados recurrió al ataque personal, en una actitud que se califica por sí sola. Lo que quedó patente tras la intervención del periodista y que es de puro sentido común, es la vigencia de esa regla de tres que sirvió para Junqueras y González y que hoy señala al presidente del Gobierno.