Pese a que Rajoy ha querido pregonar la idea de que la corrupción en el PP era agua pasada y que sus protagonistas ya habían pagado por sus desmanes o estaban fuera del partido, la realidad es tozuda y viene a recordárselo cada día. Si el martes el director de EL ESPAÑOL explicaba detalladamente en el Congreso de los diputados el "modus operandi" de la financiación ilegal tal y como se lo relató el propio Luis Bárcenas, la declaración de Ricardo Costa este miércoles en la Audiencia Nacional deja a Rajoy muy tocado.
El que fue secretario general de los populares valencianos aseguró al juez que algún acto electoral en el que participó el líder nacional del PP fue pagado, en parte, con dinero de la trama corrupta. Pero además, señaló a Francisco Camps como la persona que dio la orden de recurrir al dinero negro.
El protegido de Rajoy
La denuncia salpica de lleno a Rajoy: no sólo no hablamos de tiempos remotos, sino que Camps era uno de sus protegidos y quien le apuntaló cuando más cuestionado estaba. Ese apoyo fue clave para que Rajoy revalidara en 2008 la presidencia en el famoso congreso de Valencia.
Las manifestaciones de Costa se produjeron este miércoles casi al mismo tiempo que el presidente del Gobierno le confirmaba a Carlos Alsina en Onda Cero su voluntad de repetir como candidato, pese a que tanto él como el PP se encuentran en sus horas más bajas.
Un mazazo a todo el PP
Ha ocurrido lo que peor le podía pasar ahora a Rajoy: que le estalle otra vez la corrupción tras la debacle electoral en Cataluña, estando hundido en las encuestas y con la necesidad de aprobar los Presupuestos con minoría en el Parlamento. Por eso la declaración de Costa cayó como una bomba en las filas conservadoras.
El mazazo ha sido muy duro para el PP valenciano, pues le complica muchísimo las elecciones del año que viene y da alas a Ciudadanos para seguir creciendo allí. Pero el varapalo es tremendo para toda la organización que, a la vista está, sigue sin poder despegarse del chapapote de la corrupción. Gürtel ha vuelto y todavía aguardan Púnica y Lezo.