PSOE y PP cerraron este lunes un acuerdo para renovar el Consejo General del Poder Judicial, un pacto que contiene la elección de Manuel Marchena -hasta ahora presidente de la Sala Penal del Supremo- como máximo responsable de un CGPJ con mayoría de vocales progresistas (11 frente a 9).
Marchena, que pasará a ostentar también la presidencia del Supremo, será sustituido al frente del tribunal que juzgará el golpe separatista del 1-O por el magistrado Andrés Martínez Arrieta, de corte progresista. Es éste un movimiento que no pocos entienden como un guiño al independentismo.
Cambio de cromos
Dentro del escándalo que de por sí supone este reparto de las sillas del CGPJ hay otro añadido, y es que conozcamos el nombre del presidente antes incluso que el de los vocales que, por ley, son los encargados de elegirlo. Y esto sucede en el órgano que tiene atribuida la función de garantizar la independencia judicial frente al resto de los poderes del Estado. ¿Cabe mayor escarnio?
Como hoy cuenta EL ESPAÑOL, no es la primera vez, ni será la última, que asistimos a un cambio de cromos en la constitución del Poder Judicial. Sin embargo, sí es la primera ocasión en la que una fuerza con la representación institucional de Cs ha decidido no participar de esta mercadería del reparto de jueces.
Sistema viciado
La posición de Ciudadanos abre una brecha definitiva con los populares en un asunto capital sobre garantías democráticas. También con el PSOE -el propio Pedro Sánchez ha proclamado su "compromiso" de "hacer un CGPJ verdaderamente independiente del Gobierno"- y con Podemos, que incluía en su programa que los ciudadanos y no los políticos eligieran a los vocales de este órgano.
La realidad es que este viciado sistema de elección de los miembros del Poder Judicial erosiona a la institución y traiciona el espíritu constitucional de la separación de poderes. La imagen que le queda al ciudadano de a pie, y a muchos profesionales de la Justicia, es que el CGPJ ha degenerado en un patio de Monipodio, en un órgano títere del bipartidismo al que ahora se suma Podemos.