Este martes han empezado a sentarse las bases de un nuevo tiempo en Andalucía. Los representantes de Cs y PP se han reunido con una "clara voluntad de acuerdo" para perfilar la próxima Junta e iniciar la renovación de unas estructuras viciadas por cuatro décadas de gobierno monocolor.
El pacto en ciernes entre PP y Cs abre la posibilidad a una abstención del PSOE que permita, como bien argumenta Juan Marín, el consenso desde la centralidad política. Si tanto rechazo sienten los socialistas hacia Vox, tienen la oportunidad de convertir en irrelevantes sus votos.
Regeneración
Hoy desvela EL ESPAÑOL que a cambio de apoyar a Juanma Moreno como presidente, Cs aspira a controlar las áreas más vinculadas con la gestión, caso de Economía, Educación o Fomento. Será la primera vez que este partido forme parte activa de un Ejecutivo. Veremos si, como anunció Albert Rivera, ya está preparado para ser "partido de gobierno".
PP y Cs se han comprometido a reducir personal de confianza en la Junta, contaminada por un inveterado clientelismo. Pero para que los cambios sean creíbles, los nuevos gestores deberían ofrecer pruebas inequívocas de su voluntad de regeneración.
Altura de miras
La anunciada reducción de consejeros de la televisión autonómica, Canal Sur, es insuficiente. La supresión de consejerías de la Junta, en contraste con la política de Sánchez, que confeccionó el Gobierno más numeroso de la historia de España, sería un gesto elocuente.
En un momento en el que España necesita estabilidad y confianza, PP y Cs están obligados a mostrar buen juicio y altura de miras. Andalucía, la comunidad más poblada, puede crear precedente.