EL ESPAÑOL publica hoy una encuesta de intención de voto en España que ilustra cómo el PP acusa el desgaste que le causan Cs -que le supera- y un Vox al alza que se dispara al 12,5% de los votos en el conjunto del país.
El PP, a pesar del efecto Casado y del intento de su nuevo líder por retomar las esencias de la formación, no consigue despegar. De hecho, la brillante victoria de Pablo Casado en las primarias del PP el pasado verano apenas supuso un ligero repunte que hoy parece disuelto.
Ley desfavorable
El sondeo que ofrecemos prueba que Cs, PP y Vox sumarían el 49,3% del voto de los españoles, lo que no impediría que Pedro Sánchez siguiera en la Moncloa con el apoyo de las fuerzas que le apoyaron para desbancar a Rajoy. Y eso es así porque la ley electoral penaliza la fragmentación, en este caso, del centro y de la derecha.
Por lo tanto, aunque es cierto que sociológicamente hay un ligero desplazamiento a posiciones conservadoras y que Vox puede sentirse eufórico con la fotografía electoral del momento, eso no se traduciría en un aumento significativo del número de escaños de la derecha en el Congreso.
Azuzar el miedo
La realidad es la que es, y tanto al PP como a Vox, más allá de los matices que exhiben para su distanciamiento, les conviene acudir juntos a unas generales. Eso dejaría a Cs libre el centro izquierda, terreno en el que ya tutea al PSOE.
El optimismo en la derecha es un espejismo. Si hoy hubiera elecciones no saldría de la oposición. Más aún, el fantasma del crecimiento de la extrema derecha le servirá llegado el momento a Sánchez para azuzar el voto del miedo, un voto que no existió en las recientes elecciones andaluzas.