El atrincheramiento de Nicolás Maduro, su resistencia a abandonar Venezuela entre el clamor de la calle y de las principales democracias del mundo, lleva camino de elevar la crisis del país a una escalada militar en la región. Este miércoles hemos conocido que tanto Estados Unidos como Colombia intervendrán militarmente en Venezuela si el sátrapa sigue empeñado en impedir la entrada de ayuda humanitaria. Brasil contribuirá en la logística con el suministro de alimentos y medicinas en su lado de la frontera.
Conviene recordar que a principios de febrero el asesor de Seguridad de la Casa Blanca, John Bolton, ya dio un ultimátum a Maduro, aunque en ese momento se descartaba la intervención armada. Maduro optó entonces por inflar su retórica "antiimperialista" y bélica.
Purga militar
EL ESPAÑOL, basándose en documentos secretos de la Inteligencia venezolana, revela hoy que el propio Nicolás Maduro inventó un golpe de Estado en 2018 para tener la excusa de purgar a militares chavistas. Las pruebas demuestran que ni la vieja guardia del Ejército está ahora al lado del dictador.
Este deterioro interno indica que el régimen está muy tocado. De ahí que el tirano y su círculo de irreductibles anden instalados en un estado de paranoia que hace imprevisible y peligrosísima la situación. Sería intolerable que el final de su régimen acabara con un derramamiento de sangre.
Estado de paranoia
En cualquier caso, no son pocas las oportunidades que la comunidad internacional le ha brindado a Maduro para que no torpedee una transición pacífica en Venezuela. Lo dramático es que puede que ya sea demasiado tarde para la diplomacia, y Maduro, en su delirio, parece dispuesto a plantearle a Estados Unidos un nuevo Vietnam. Si el día 23 se impide la entrada del contingente humanitario, no habrá vuelta atrás.