Cuatro mujeres han sido halladas muertas este fin de semana. Es verdad que las circunstancias de sus fallecimientos son diversas. En uno de los casos, el de una ciudadana moldava desaparecida desde febrero, el asesino ya ha confesado su autoría. Y el sábado trascendía la muerte de una prostituta a manos de su proxeneta en Barcelona. Pero es que la aparición del cuerpo de otra joven semidesnuda en una zona de alterne de Torrevieja indica que podríamos estar ante otro episodio de violencia machista. Y todavía está por aclarar el descubrimiento de los restos mortales de una mujer en una playa gallega.
Que cuatro mujeres aparezcan muertas en 48 horas es más que significativo. Acaso porque en ningún fin de semana fallecen hombres en circunstancias tan fatídicas.
Ley Integral
La violencia de género es un fenómeno específico sobre el que es más que indispensable el consenso. A tal efecto, nuestro país cuenta con una Ley Integral que atañe transversalmente a distintos ministerios e incluye la prevención, la asistencia a las víctimas y campañas educativas para sensibilizar sobre esta lacra social. Una Ley que, además, responde a los criterios que vienen impulsando tanto la ONU como la Organización Mundial de la Salud.
Para empezar, se podría modificar el protocolo policial -que ni siquiera es parte de la Ley- para que la mera denuncia no implique automáticamente la detención. Pero también es preciso que el Código Penal, que en el caso de lesiones leves penaliza al varón, establezca que a igual conducta igual sanción, sin discriminación por razón de sexo.
Sin embargo, que la Ley sea mejorable no implica ni mucho menos la actitud superficial y demagógica de Vox de intentar derogarla. Más aún cuando se ampara, para tumbarla, en estereotipos como el mantra del castigo sistemático al hombre o que cualquier política para combatir la violencia supone crear un "chiringuito de género".
Sin fisuras
Tampoco ayuda la exageración de una exdiputada socialista de intentar homologar la posición de Vox sobre el maltrato con la que Batasuna mantenía con los crímenes de ETA. En ningún momento Vox ha aplaudido o ha jaleado a los asesinos y los maltratadores, como sí hizo la izquierda abertzale con los criminales etarras.
Hacen bien PP y Cs en apoyar sin fisuras la legislación sobre la violencia de género, tanto en Andalucía como en el resto de España. Especialmente cuando las mujeres asesinadas en lo que va de año, 14, duplican a las del mismo período de 2018. Una sangría que hay que frenar de inmediato.
Tragedia
Y si algunos de los crímenes han sido protagonizados por ciudadanos extranjeros, las leyes españolas han de amparar a las víctimas que residen de forma regular en nuestro país.
Una tragedia cuya solución pasa por más juzgados, más fiscales y mayor prevención. Porque cada vez que muere una mujer a manos de su pareja o de su expareja es la sociedad la que fracasa en su conjunto.