Si los tres principales partidos nacionales (PSOE, PP, y Ciudadanos) están a favor de llegar a acuerdos de Estado y, de paso, evitar nuevas elecciones que sólo servirían para incrementar la sensación de hartazgo de los españoles, ¿por qué no intentarlo?
Esa pregunta se la están haciendo ya dirigentes de los tres grandes partidos ante un escenario de bloqueo institucional y de máxima incertidumbre por la negativa a consolidar una mayoría constitucionalista que facilite la gobernabilidad. Son esos políticos los que ven posible un primer gran acuerdo que vincula tres asuntos: Navarra, Cataluña y la investidura.
Voluntad política
En efecto, Ciudadanos y PP sólo podrían facilitar la investidura de Pedro Sánchez si el líder del PSOE diera garantías de que en Navarra gobernará Navarra Suma (ganador de las elecciones) y de que no habrá indultos en el caso de que se condene a los líderes del procés. Eso significaría un triunfo para el constitucionalismo.
Dado que Ferraz ya ha mostrado sus reticencias a que los socialistas navarros se apoyen en Bildu para llegar al poder y, puesto que es sabido que barones como Lambán, García-Page o Fernández Vara son contrarios a los indultos, no es ocioso pensar que por esa parte estaría allanado el camino. Bien es verdad que el hecho de que el PSN haya decidido entregar al PNV (Geroa Bai) la presidencia del Parlamento navarro es muy preocupante, pero si hubiera voluntad política se estaría a tiempo de llegar a un acuerdo.
Callejón sin salida
En cuanto a PP y Cs, tal y como argumentaba en nuestra Tribuna de este martes González Quirós, resulta absurdo que, puesto que no pueden gobernar, "no acaben de ver claro que su obligación está en contribuir a que el gobierno esté lo más cerca posible de lo que consideran mejor", y eso pasa por "facilitar la investidura de Pedro Sánchez" para que no tenga que recabar "apoyos destructivos para la unidad y el bien común de España".
El posible gran pacto transversal está siendo descartado formalmente por las cúpulas de PSOE, PP y Ciudadanos, pero a medida que pasa el tiempo y cala la sensación de que estamos abocados a un callejón sin salida, gana apoyos entre las bases y dirigentes intermedios. Ojalá los líderes se den cuenta a tiempo de la oportunidad que tienen en sus manos y sacrifiquen planteamientos partidistas o personales por el bien del país.