Después de un largo proceso de negociación, Isabel Díaz Ayuso fue investida este miércoles como presidenta de la Comunidad de Madrid merced a los votos de los parlamentarios del PP más los de Cs y Vox. En realidad, el acuerdo entre estas tres formaciones es similar al que rige en Andalucía, con Vox apoyando al Parlamento regional mediante un acuerdo con el PP. Bien es cierto que el partido de Santiago Abascal ha anunciado que desde el minuto uno estará en la oposición.
Al margen de las posiciones empecinadas de una formación como Vox, refractaria a cualquier tipo de entendimiento con Cs, la investidura de Ayuso deja otras lecturas internas y externas. Para empezar, la de que el presidente del PP, Pablo Casado, ha logrado la difícil entente entre las tres derechas en Madrid, y lo ha hecho con un perfil como el de Díaz Ayuso, cuyo nombramiento sorpresivo fue la apuesta de Génova para romper con la dinámica de un partido que en la Comunidad venía corroído por la corrupción y otros escándalos. En todo caso, Pablo Casado sabe que Madrid es el campo de pruebas de su proyecto nacional, donde es indispensable el entendimiento del centro y la derecha.
Fiscalidad
Si en la campaña electoral Díaz Ayuso, periodista de formación, dio muestras de cierta inocencia verbal, también es verdad que su triunfo obedece al descalabro de la izquierda madrileña, sumida en luchas intestinas e incapaz de negociar un acuerdo de mínimos. Ayuso proviene de la rama de Esperanza Aguirre y Cristina Cifuentes y ha trabajado en la Administración regional, y es por esto que Cs ha anunciado que, si resulta imputada por beneficiar supuestamente a familiares, exigirá su dimisión. Va de suyo que no es gratuita esta exigencia de Cs para garantizar la limpieza del Ejecutivo madrileño, que durante cerca de 25 años en manos del PP se ha visto salpicado por no pocas irregularidades.
Díaz Ayuso ha abogado coherentemente por una bajada "histórica" de impuestos, aprovechando la capitalidad de Madrid frente al desmoronamiento del tejido empresarial en Barcelona. El nuevo Gobierno madrileño reducirá, además, la cuota autonómica del IRPF o implementará una tarifa plana a los autónomos de 50 euros durante dos años, medidas que de alguna manera intentarán paliar el afán recaudatorio del Ejecutivo de Pedro Sánchez.
Proyecto
Ayuso tiene la responsabilidad de devolver la política madrileña a la normalidad institucional. Pero también la de demostrar que el proyecto de refundación del PP de Casado es viable y que el partido es capaz de aglutinar un bloque que cuente tanto con Vox como Cs en un momento en el que, como desvela EL ESPAÑOL, los populares han registrado la marca "España Suma" y marcas similares en todas las autonomías para presionar a Cs con la estrategia de formar una gran coalición con el partido de Albert Rivera.
Más allá del peso específico de la plaza regional madrileña como auténtica locomotora del país, está por ver si con Isabel Díaz Ayuso entra aire nuevo en el edificio de la Real Casa de Correos en la Puerta del Sol de Madrid, sede de la Comunidad. Sólo el tiempo lo dirá.