Los autos del juez Manuel García-Castellón por los que envía a prisión a los siete miembros de los CDR imputados por terrorismo son una bomba para el presidente de la Generalitat, Quim Torra, y su antecesor, Carles Puigdemont. A la luz de la investigación, se explica la defensa cerrada que ambos vienen haciendo de los detenidos. Torra llegó a jalear a los encarcelados el pasado jueves en el Parlament al grito de "libertad", lo que motivó una bronca sin precedentes en la Cámara.
Según detalla el juez en sus escritos, cinco de los detenidos, que tenían explosivos en su poder y objetivos señalados para atentar, mantuvieron en septiembre de 2018 una reunión "secreta" con la hermana de Puigdemont. El propósito de esa cita era servir de correo para establecer "comunicaciones seguras" entre el ex president huido y su sucesor en la Generalitat.
Pacto con Torra
La revelación de estos hechos refuerza la credibilidad de lo declarado la semana pasada por uno de los imputados, que confesó que habían acordado con Torra una operación para presionar al Tribunal Supremo en vísperas de hacerse pública la sentencia sobre los líderes del procés. La operación consistía en ocupar durante varios días el Parlament de Cataluña.
Este domingo, Torra salía de nuevo en defensa de los CDR encarcelados. En un acto frente a la cárcel de Lledoners aseguraba tres cosas: que no tenía por qué condenar la violencia porque no puede condenar "lo que no existe", que la única violencia en Cataluña la han protagonizado las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y que lo publicado por los medios de comunicación es un "relato falso" inventado para dañar la imagen del movimiento independentista.
Puigdemont participó por videoconferencia en ese acto y alardeó de que el Gobierno catalán nunca tendrá entre sus cargos "a ningún Señor X de una banda armada como los GAL", y que tampoco se verá a un conseller catalán "condenado por secuestrar a nadie", en alusión al Gobierno de Felipe González.
Moción de censura
Antes de que trascendiera el contenido de los autos de García-Castellón, la dirección de Ciudadanos había acordado tratar en su reunión de hoy lunes si presenta una moción de censura a Torra. La propuesta la había planteado días atrás el líder del PP en Cataluña, Alejandro Fernández, que solicitó a Cs y al PSC su apoyo para apartar a Torra. Después de lo que ya sabemos, esa moción se antoja ineludible.
Las revelaciones de la investigación y las declaraciones de los detenidos involucran de forma clara y directa a Torra y a Puigdemont en los planes para avanzar hacia la independencia al precio que sea. Será cuestión de tiempo que el todavía presidente de la Generalitat, que está a punto de ser juzgado por desobediencia al no retirar el lazo amarillo del balcón del Palau, tenga que dar cuentas ante la Justicia. Pero a raíz de lo que va conociéndose empieza a vislumbrarse quiénes son los señores X de la violencia en Cataluña.