La agitación política que vive España favorece los intereses electorales de Pedro Sánchez y de Santiago Abascal. Así lo demuestra el sondeo de SocioMétrica que hoy publicamos en EL ESPAÑOL. Si ahora hubiera elecciones, Vox sería el único partido que aumentaría su presencia en el Congreso, ganaría ocho escaños y llegaría a los 60 diputados.
Está claro que tanto PSOE como Vox se sienten cómodos en la confrontación, porque ese tensionamiento neutraliza al PP y a Pablo Casado como líder de la oposición. De ahí la dramatización que acompaña a la polémica en torno al pin parental, elevada a la categoría de "gran batalla ideológica de nuestro tiempo", según expresión del propio Gobierno.
Trazo grueso
El pasado fin de semana, Gobierno y oposición viajaron a Murcia -la única región donde está implantada esta medida- para lanzarse acusaciones cruzadas de trazo grueso. Una guerra en la que Casado ha entrado mostrando cierta bisoñez.
En la entrevista que el presidente del Gobierno concedió este lunes a RTVE, acusó a la derecha de "montar bronca" con el "veto parental". Dijo que estábamos ante un "problema inventado por la ultraderecha" y un "conejo de la chistera" para evitar hablar de los problemas que le interesan a la gente. Y contrapuso esa actitud con las preocupaciones de su Gabinete, centrado estos días en subir las pensiones y el sueldo de los funcionarios.
Mucha sobreactuación
Es verdad que hay mucha sobreactuación en torno al pin parental, como lo demuestra que el Gobierno madrileño informara ayer mismo de que no ha habido problemas en la región: una única queja en 1.200 colegios. Ahora bien, Sánchez no puede tirar la piedra y esconder la mano, porque quienes han dado un ultimátum al Gobierno de Murcia y quienes han afirmado que los niños "no pertenecen a los padres" han sido sus ministros.
Podría añadirse que sólo unas horas antes de las palabras de Sánchez, la delegada del Gobierno para la Violencia de Género, Victoria Rosell, aún se descolgaba con la posibilidad de implantar en Murcia algo parecido al artículo 155 para obligar a retirar la medida de los colegios. O que el "conejo de la chistera" si ha servido para algo ha sido para tapar el escándalo del nombramiento de la ex ministra de Justicia como nueva fiscal general.
Sánchez sabe que Abascal y el dichoso pin son ahora sus aliados, y por eso entra en el cuerpo a cuerpo con Vox. No obstante, esa gresca permanente que hoy les da réditos puede acabar mañana perjudicando a la credibilidad de la clase política en su conjunto.