Si hace unos días España quedaba fuera del acuerdo entre Italia, Holanda, Alemania y Francia para la producción conjunta de la futura vacuna contra el coronavirus, ahora se se queda al margen del lanzamiento europeo de la app para el rastreo del Covid.
El sorprendente argumento que esgrime Sanidad para descartar esta aplicación tecnológica es que su utilización podría conllevar un teórico colapso de las urgencias hospitalarias. Huelga decir que las aplicaciones de rastreo del Covid-19 cuentan con el apoyo entusiasta, por ejemplo, de la Comisión Europea.
Cambio de criterio
Conviene recordar, además, que nuestro país estaba preparado para lanzar una app en todo el territorio desde hace semanas. De hecho, cuando en mayo se anunció un proyecto piloto para aplicarse en Canarias, España fue de los primeros países en confirmar oficialmente que utilizarían el estándar de Apple y Google.
La Secretaría de Estado de Digitalización tuvo listo su despliegue incluso antes que muchos países que ya lo han lanzado oficialmente y en todo su territorio. Pero se optó por un despliegue escalonado y progresivo. Un criterio contrario a la práctica que se está imponiendo en la UE.
La anticipación
Alemania, Francia, Italia y otros cinco Estados miembro ya están usando esta tecnología. Resulta cuando menos chocante que nuestro país, con una economía volcada en el turismo, renuncie a una herramienta que podría ofrecer garantías de seguridad.
Italia, que tanto sufrió la tragedia sanitaria, ha entendido que la recuperación pasa por abrirse a los viajeros, equilibrando seguridad y desarrollo económico. El Gobierno de Sánchez ha renunciado a estar en la vanguardia europea contra el Covid-19, lo que demuestra que no ha interiorizado la lección fundamental de la pandemia: la anticipación a todos los niveles.