Tres días después de que Juan Carlos I anunciara su intención de abandonar España, nadie sabe aún cuál es su paradero. Aunque razones de logística y de seguridad pueden aconsejar cierta reserva, la Casa Real debería informar lo antes posible de a dónde ha ido.
Juan Carlos I continúa siendo parte de la Familia Real. Si hubiera optado por convertirse en el ciudadano Borbón nada cabría reprochar, pero su condición de Rey Emérito obliga a la Casa Real a informar de cuál es su destino. Dentro de su apuesta por la ejemplaridad, la transparencia ha de ser un valor.
Alargar la incógnita de dónde está Juan Carlos da pábulo a todo tipo de especulaciones y alimenta la imagen del "rey fugitivo" que pregonan los detractores de la Corona. El cuidado de la imagen, en la Monarquía del siglo XXI, es un requisito de supervivencia.
La encuesta
Mientras se conjetura si está en Portugal o en la República Dominicana, crece el interés por averiguar su destino y sigue sin cerrarse esta página. Y eso que, según la encuesta de SocioMétrica que hoy publica EL ESPAÑOL, la salida de España de Juan Carlos ha provocado un vuelco de 15 puntos a favor de la Monarquía en apenas un mes.
El sondeo revela que la operación exilio le ha salido bien a Felipe VI, pero de igual modo que fue un error estratégico que no repudiase a su padre a la luz de todas las informaciones publicadas el mes pasado, el oscurantismo sobre el paradero de Juan Carlos podría acabar dañando la credibilidad de la institución.