Este jueves hemos conocido que el PNV, tal y como se preveía, se resignará y dará su apoyo a los Presupuestos que el miércoles empezó a negociar el Gobierno con Ciudadanos. Con esto, los jeltzales demuestran que son los más duchos del tablero político en el arte del pragmatismo, si bien sus posiciones sobre la doctrina fiscal no difieren en demasía de los principios básicos que la líder de Cs, Inés Arrimadas, consignó como inamovibles: moderación, seguridad ante Bruselas y que la negociación de las cuentas quede al margen de subidas impositivas desaforadas.
Como revela hoy EL ESPAÑOL, esta resignación de los nacionalistas vascos queda justificada por la Historia y las hemerotecas. Como admiten fuentes del partido, ya lo hicieron en otras ocasiones con Cs. De alguna manera, el PNV de Íñigo Urkullu y Andoni Ortúzar, lejos de los maximalismos pasados de Xavier Arzalluz o de Juan José Ibarretxe, muestra un mínimo realismo que, a todos los efectos, lo convierte en el ministro sin cartera del Gobierno.
Cláusula de investidura
De hecho, en el acuerdo de investidura que los nacionalistas firmaron con el PSOE hay una cláusula explícita que condiciona cualquier medida presupuestaria al nihil obstat de los peneuvistas y cuya literalidad es más que elocuente: ambos partidos se comprometían a "acordar previamente" todas las "medidas fiscales que el Gobierno quiera proponer a Cortes, así como encauzar las discrepancias que puedan producirse en el ámbito fiscal o el financiero establecidas por el Concierto Económico".
Es verdad que este apoyo no será gratuito, como, en realidad, nada lo es con el PNV. Las palabras de Andoni Ortúzar al respecto no dejan lugar a dudas: "Es un presupuesto que es para todo el Estado, pero en el que el PNV tiene que ver a Euskadi reflejada en ellos". O dicho en plata: más privilegios.
Y no sólo eso, los nacionalistas exigen un listado de condiciones que van desde reconocer la realidad plurinacional de España a modificar la ley para solucionar el problema catalán. Condiciones que casan poco con la actitud mostrada por Inés Arrimadas de promover la igualdad de los españoles ante la recuperación por la crisis del coronavirus de la que la aprobación de los Presupuestos es la principal palanca.
Hacia la moderación
Sin embargo, y aun con el lastre de Podemos en las negociaciones presupuestarias y las nuevas ventajas que obtenga el PNV por esta cesión que venderán como un gesto de seriedad, lo cierto es que se va aclarando poco a poco el panorama de los Presupuestos, el principal freno que aún mantiene a nuestro país en el atolladero: frente a nosotros mismos y frente a Europa.
Y siendo realistas, el PNV, en este punto y en este momento del partido, no es lo mismo que la ERC de Gabriel Rufián y Oriol Junqueras, enrocados ahora en sojuzgar al Gobierno por su viraje hacia la racionalidad. Algo es algo.