Con sólo 33 años y poco más de un año trabajado al frente del Ministerio de Igualdad, Irene Montero, que llegó a la política con un patrimonio de 6.000 euros, pelea por el podio de los más acaudalados del actual Consejo de Ministros, sólo por detrás de Manuel Castells (79 años), José Luis Escrivá (60 años) e Isabel Celaá (71 años).
Montero, la ministra más joven del Gobierno, cuenta con el 50% del famoso chalet de Galapagar y la mitad de otra vivienda recibida en herencia y sita en Ávila. En esa misma ciudad, la ministra de Igualdad declara también el 50% de una finca urbana, una finca rústica y un almacén, recibidos asimismo en herencia.
En total, 335.049 € en bienes inmuebles, 107.420 € en cuentas corrientes y 187.500 € en seguros de vida.
No se queda atrás su pareja, Pablo Iglesias (42 años), que llegó a la política con 45.000 euros y que atesora hoy 233.282 € en propiedades, 111.098 € en cuentas de ahorro y 187.500 € en seguros de vida.
En total, 1.169.850 € en el haber de una pareja que llegó a la política para representar a "los de abajo" frente a "los de arriba", a "la gente" frente a "la casta" y "al pueblo" frente a "los poderosos".
Una pareja que vive hoy en un chalet custodiado por docenas de agentes de la Guardia Civil y de cuyo aristocrático modus vivendi hemos hablado en anteriores ocasiones en EL ESPAÑOL.
Tuits cargados de ironía
Las llamativas cantidades atesoradas por Iglesias y Montero, muy superiores a las de otros compañeros de partido e incluso a las de la mayoría de sus compañeros del Consejo de Ministros, algunos de ellos con una trayectoria profesional en el sector privado o en la política mucho más extensa que la de ellos, han llamado la atención de muchos.
Ese ha sido el caso del exdirigente de Podemos Ramón Espinar, perteneciente al sector más crítico con los actuales líderes del partido.
En dos tuits cargados de ironía y en los que parecía entenderse lo contrario de lo que se podía leer, Espinar ha asegurado que Iglesias es "una persona honrada y honorable" que "tiene que asumir" que le pregunten por el vistoso incremento de su patrimonio en apenas cinco o seis años.
En un segundo tuit, Espinar se ha referido también a Irene Montero y ha añadido: "Nadie piensa que haya nada raro, por supuesto. Pero explicar estos incrementos patrimoniales es fundamental para poder exigir a los demás transparencia".
Luego, el exdirigente de Podemos se ha referido a Yolanda Díaz, a la que ha alabado por no haber incrementado su patrimonio en la misma medida que Iglesias y Montero.
"Yolanda Díaz es un pedazo de ejemplo. Con una trayectoria en política institucional más larga que la de nuestra generación, es la ministra que menos patrimonio declara. Porque vinimos a trabajar para los demás. Qué bien estar en sus manos".
¿Quién es casta?
Como dice Espinar, nada hace pensar que el abultado patrimonio amasado por Montero e Iglesias en tan poco tiempo tenga un origen irregular. Pero sí plantea algunas cuestiones interesantes acerca de la sinceridad de las ideas que dice defender Podemos.
Porque, si los líderes de Podemos no son casta, ¿quién lo es? ¿Y qué diferencia entonces a Iglesias y Montero de la verdadera casta? ¿Sus ideas políticas?
Pablo Iglesias, que hace apenas cinco años defendía que los políticos "deben vivir donde sepan lo que es coger el transporte público o el precio de un café", rivaliza hoy financieramente con empresarios de éxito, estrellas de la televisión y deportistas de renombre.
Recordemos, además, que el partido eliminó hace un año el límite salarial de los cargos públicos morados, que era de tres salarios mínimos. La medida estaba vigente desde la fundación de Podemos y su erradicación generó muchas críticas entre aquellos que lo consideraban un principio ético fundamental del partido.
EL ESPAÑOL defiende los principios liberales para todos los ciudadanos, incluidos aquellos que han hecho de la lucha contra "el capitalismo" y "los grandes tenedores" el eje central de su programa político.
Pero no podemos dejar tampoco de sorprendernos por el pintoresco contraste entre los valores que Iglesias y Montero defienden en público y su copioso patrimonio.
¿Cómo creer ahora en sus llamadas a incrementar el impuesto de patrimonio y el de sucesiones? ¿O en su "fiscalidad patriótica"? ¿O en su exigencia de que se prohíba a las autonomías reducir impuestos? ¿O en su ética de la redistribución?
Como decía el mismo Espinar hace ahora un año, "que los representantes deben vivir como los representados no es un argumento de quita y pon. Son principios".