El sondeo que publica hoy EL ESPAÑOL confirma ese viejo lugar común que dice que España es uno de los países más europeístas de la Unión Europea (UE). Incluso por delante de los alemanes, en cuyo europeísmo pesa de forma evidente la percepción de que su país es en la práctica el líder del proyecto europeo.
El 38,1% de los españoles afirma que daría más competencias a la UE, por un 28,5% que dejaría las cosas tal y como están, y un 22,8% que recuperaría competencias. El sondeo demuestra que los más dispuestos a ceder soberanía son Podemos y Ciudadanos. Los más reticentes, Vox y los nacionalistas.
En relación con el ejército europeo, el resultado es aplastante. Un 71% de los españoles apoya su creación y que el Ejército español se integre en su seno. Los más partidarios de la idea son los mayores de 66 años, quizá por ser la generación más cercana temporalmente al régimen franquista. Los menos partidarios, los menores de 31.
Por partidos, PP y PSOE se mueven en parámetros muy similares, y son Vox, los nacionalistas y los populistas de extrema izquierda (Podemos y Más País) los que menos favorables se muestran a la idea de un ejército europeo.
Estados Unidos de Europa
Pero quizá sea la pregunta acerca de la integración de España en unos Estados Unidos de Europa la más significativa de todas las del sondeo. Un 60,2% de los españoles apoya la idea, por un 23,5% que se manifiesta en contra.
Llama de nuevo la atención la disparidad por edades. Mientras el 73,5% de los mayores de 66 años apoya la idea, sólo un 48,7% de los menores de 31 lo hace. Por partidos, son los votantes de Ciudadanos los más dispuestos a que España se convierta en un estado (con minúscula) de los Estados Unidos (con mayúscula) de Europa.
Los menos dispuestos a ello son los votantes de PP y Vox.
Seguro de vida
El diablo está en el porqué de esas preferencias. A la vista de los resultados del sondeo parece legítimo sospechar que los españoles votan tan influidos por su mayor o menor sentimiento europeísta como por su posicionamiento en política interna.
Así, nacionalistas y populistas de izquierda, que niegan la mayor (que España sea una nación), ven la UE como una vía de escape de esa realidad nacional en la que creen vivir atrapados. Es obvio que ambos consideran que un federalismo europeo en el que España perdiera fuerza de gravedad les permitiría escapar más fácilmente de su órbita.
Por razones contrarias, PP y Vox parecen más reacios a una cesión de soberanía que interpretan como la disolución de la identidad nacional en una entidad supranacional en la que el peso de España será muy menor al de Alemania o Francia.
Es probable que muchos españoles estén imaginando una UE a la carta precisamente por los amplios márgenes de integración política, fiscal y militar que es posible imaginar. Pero el sondeo de EL ESPAÑOL demuestra que los ciudadanos españoles continúan viendo a la UE como una realidad deseable.
Pesa la evidencia de que el saldo de la pertenencia de España a la UE durante las últimas décadas ha sido muy positivo en términos generales. Pesa también la de que las tendencias geoestratégicas globales y el creciente aislacionismo americano aconsejan la agrupación de los Estados nación en entidades supranacionales que permitan políticas de escala. Pesa, finalmente, la actual crisis política e institucional española y la visión de la UE como un seguro de vida frente a posibles inestabilidades internas.