Madrid tendrá presupuestos tras el acuerdo del equipo de José Luis Martínez-Almeida con los concejales díscolos de Recupera Madrid procedentes del equipo de la exalcaldesa Manuela Carmena. El acuerdo respeta al 100% el programa de Almeida y se cierra a cambio de una única concesión de calado del alcalde: el nombramiento de la escritora Almudena Grandes como hija predilecta de la ciudad.
El pacto, que se produce tras la negativa de Vox a apoyar los presupuestos, es una buena noticia para los madrileños, pero también para los ciudadanos del resto del país. Porque en su condición de locomotora nacional, Madrid es una pieza clave de la recuperación de la economía española tras la epidemia de Covid y la liebre que debería marcar el ritmo de carrera al resto de corredores municipales.
Protagonistas de la negociación han sido el propio alcalde Almeida, pero también el equipo de Begoña Villacís y la concejal Marta Higueras, ex de Más Madrid. Sin su apoyo, el alcalde se habría visto obligado a prorrogar los presupuestos, un mal menor que algún miembro del equipo de Almeida cercano a Génova vendía pocas horas antes del acuerdo a algunos confidenciales digitales como la solución "óptima".
Derrota de Vox
Pero la solución óptima (y también la deseada por Génova, en contra de las mencionadas intoxicaciones interesadas) no era esa prórroga de los presupuestos del año pasado, sino un acuerdo que si algo demuestra es la flexibilidad de un alcalde que ha demostrado ya ser capaz de pactar tanto a derecha como a izquierda en beneficio de los madrileños.
El acuerdo es una victoria política para José Luis Martínez-Almeida y una derrota para un Javier Ortega-Smith que pretendía convertirse en el pescador en aguas revueltas que atrapara la pieza mayor del Ayuntamiento de Madrid (el propio alcalde) aprovechando la guerra interna desatada en el PP por la presidencia del partido en la Comunidad.
Pero Ortega-Smith verá ahora como Almeida aplica su programa en Madrid sin problemas. El de Vox no ha logrado sacar tajada de esa táctica cortoplacista que pretendía dejarle en evidencia frente a una Isabel Díaz Ayuso cuyas cuentas sí fueron apoyadas por Vox en la Asamblea de la Comunidad. Una jugada de los populistas cuyo objetivo era propulsar a Ayuso para desgastar a Pablo Casado.
El modelo de Madrid
Mención aparte para la victoria pírrica de una izquierda que ha visto como la concesión arrancada a Almeida, el nombramiento como hija predilecta de Almudena Grandes, era criticada por los suyos con el argumento de que la escritora no debería haber servido como moneda de cambio para aprobar unos presupuestos de la derecha.
Si alguna conclusión cabe extraer de este pacto es la evidencia de que el éxito del modelo político, económico y cultural de Madrid es tal que incluso los populismos de ambos bandos, a derecha e izquierda, sufren serias dificultades para justificar frente a los suyos un no a los presupuestos del PP.
Y esa es la mejor noticia posible para Madrid y el mejor halago que puede hacérsele a un Almeida que ha evitado el bloqueo de la capital aplicando esa cintura política que sólo se le suele suponer a partidos de centro como Ciudadanos.