Pablo Casado aprovechó ayer la clausura del Congreso regional del PP de Castilla y León, a menos de un mes de las elecciones autonómicas, para sacar músculo y exponer los ejes vertebrales de su alternativa a Sánchez. El escenario era el oportuno. En su región natal se resolverá, a fin de cuentas, buena parte de su suerte en la vía que conduce a la Moncloa.
El líder del PP mencionó propuestas que serían muy positivas para España, que incluyen más ayudas para la natalidad (en un país que padece un grave problema demográfico) y más presencia del castellano en las escuelas. A nadie se le escapa la referencia a Cataluña, donde la lengua común está amenazada por el fanatismo identitario y el ánimo permanente de rebeldía contra el Estado de derecho.
Pero si algo merece ser subrayado de su comparecencia, si algo conduce irremediablemente al elogio, es su compromiso de velar por una amplia bajada de impuestos en España. Un asunto que el equipo económico de Casado se toma muy en serio.
Como informamos hoy en EL ESPAÑOL, el PP propondrá en el Congreso un plan para pasar la tijera a las cargas fiscales en sociedades, patrimonio, transmisiones, sucesiones y al IRPF, confiando en que ahorre 10.000 millones de euros a los contribuyentes, estimule el consumo y consolide un escenario más atractivo para la inversión.
Replicar lo que funciona
Casado acierta por partida doble. A la vez que remarca la diferencia de su política fiscal con la del PSOE, hace propias recetas liberales que han demostrado su eficacia para crear empleo y cerrar las cuentas en verde, algo que necesita desesperadamente nuestro país. España es la economía desarrollada que más se hundió por la pandemia en 2020 y la que arrojó peores datos de crecimiento en 2021.
El líder del PP sugiere una línea a seguir que, con el impulso adicional de los fondos europeos, ayudaría a revertir la dinámica actual. Los primeros en notarlo serían los ciudadanos, que al empobrecimiento causado por la crisis del coronavirus suman la losa de la inflación. Una inflación que refleja su peor dato de las últimas dos décadas. Los españoles, que pagan mucho más que hace un año por la gasolina, la luz, el pan o la leche, necesitan políticas que alivien su situación económica, y no que mermen todavía más su poder adquisitivo.
Casado apuesta sobre seguro con un modelo que da réditos. No hace falta irse muy lejos para constatarlo. En este periódico detallamos cómo las cinco autonomías del PP (Madrid, Andalucía, Castilla y León, Murcia y Galicia) crearon más riqueza bajando impuestos que las nueve socialistas con más población. De modo que Casado conoce la fórmula para la recuperación. No tiene misterio. Basta con replicar nacionalmente lo que ya funciona regionalmente.