Alberto Núñez Feijóo no ceja en su empeño de buscar el entendimiento con Pedro Sánchez. En la carta que el presidente del Partido Popular le remitió ayer al presidente del Gobierno, Feijóo persevera en la actitud propositiva que ya demostró durante su primer encuentro con el presidente del Gobierno.

Aquella reunión sólo arrojó un resultado moderadamente optimista en lo que se refiere a esa sintonía entre PP y PSOE que Feijóo se afana en promover. El gallego lamentó entonces que el encuentro se saldara sin "ninguna buena noticia para la economía familiar, las rentas medias y bajas, y las empresas".

El líder del PP no se rinde e insta ahora a Sánchez a colaborar para poder darle esa buena noticia a los españoles. Al Plan nacional de respuesta a la guerra del Gobierno, el popular ha opuesto su propia batería de propuestas. Al suyo lo ha llamado Plan en defensa de las familias y la economía de España.

El plan alternativo de Feijóo es un documento de 40 páginas que recoge un análisis riguroso y elaborado de la delicada situación que atraviesa la economía española, y que va acompañado de un paquete de medidas serias y avaladas por el conocimiento experto.

Las líneas maestras del Plan Feijóo vienen resumidas en la introducción al documento: "racionalización del gasto burocrático del Gobierno", "bajada de impuestos selectiva e inmediata", "rediseño de los fondos europeos para hacerlos más útiles" y "reformas estructurales a medio plazo para incentivar la actividad económica".

Resulta difícil estar en contra de unas medidas que son cabales y que van en la línea de las que este periódico ha propuesto en otras ocasiones. Es evidente que la economía española es ineficiente y que requiere una modernización urgente. Es también ineludible recuperar la frugalidad presupuestaria y la disciplina fiscal. Y el Plan Feijóo apunta en esta dirección.

Sentarse a hablar

El Partido Popular se ha preocupado por ofrecer un conjunto de medidas que puedan granjearle el respaldo de amplios sectores de la sociedad española. Por eso, el documento no va firmado por el PP, quien aclara que el texto ha sido debatido con algunos de los agentes sociales y miembros de la sociedad civil.

Teniendo en cuenta este ánimo conciliador, Sánchez debería considerar y analizar seriamente las propuestas de Feijóo. O, al menos, dedicarles más de los diez escasos minutos que, según el popular, el presidente empleó en hablar de economía durante el encuentro entre ambos.

También ayudaría que desde las filas socialistas no se lancen acusaciones insidiosas, cuando no falsas, respecto al Plan Feijóo. Cualquiera puede comprobar que, pese a lo que algunos altos cargos socialistas han afirmado, en el documento enviado a Sánchez no aparece una sola mención a la reforma de las pensiones.

Son ya varios, además, los organismos nacionales e internacionales que han respaldado medidas económicas muy similares a las propuestas por Génova. ¿Cómo rechazar, en este contexto de asfixia económica por la espiral inflacionista, unas rebajas en IRPF, IVA y Sociedades que devolverían a los bolsillos de los españoles entre 7.500 y 10.000 millones de euros?

¿No es razonable también agilizar, mediante incentivos fiscales, la puesta en marcha de los fondos Next Generation EU, cruciales para acometer la ineludible transformación de la economía española?

Feijóo recuerda en su carta a Sánchez que "en la política actual no es frecuente que el Ejecutivo y la alternativa de Gobierno trabajen juntos en asuntos tan relevantes como estos", y se ofrece a remediar esta escasez de pactos de Estado. Lo mínimo que debería hacer el presidente del Gobierno es recoger el guante y sentarse a hablar con el líder de la oposición de unas reformas económicas que no pueden demorarse más. El presente y el futuro de las familias y las empresas españolas dependen de ello.