Para justificar su política de alianzas con independentistas y radicales, Pedro Sánchez siempre se ha escudado en la ausencia de una mayoría alternativa. Incluso ahora que EH Bildu ha alcanzado nuevas cotas de rechazo social por sus listas trufadas de etarras para el 28-M, el presidente se resiste a sacar a los aberzales de su ecuación de socios parlamentarios.
Pero Alberto Núñez Feijóo le brinda ahora una oportunidad de oro a Sánchez para poner fin a una ignominiosa tendencia que ha rehabilitado a los herederos de ETA, convirtiéndolos en una pieza clave de la gobernabilidad de la nación.
Tal y como informa EL ESPAÑOL, el PP se ha ofrecido a pactar con el PSOE en el gobierno de Navarra, el Ayuntamiento de Pamplona y en algunos municipios del País Vasco para que, en caso de que los socialistas resulten ganadores, no tengan que depender de Bildu para formar gobierno.
El PP está dispuesto a dar su apoyo al PSOE en las comunidades navarra y vasca con la condición de que demuestren su compromiso de no pactar con Bildu.
Parece poco probable que los socialistas vayan a aceptar el ofrecimiento de los populares para imponer un cordón sanitario a los aberzales. Por el contrario, más verosímil se antoja el escenario de un reparto de cromos en el que se pacte que el Ayuntamiento de Pamplona vaya para Bildu y el gobierno de la comunidad foral, para el PSOE.
Pero es un movimiento inteligente por parte de Feijóo, que de esta manera fuerza a Sánchez a retratarse. En caso de ignorar nuevamente la invitación del PP a romper con Bildu, el presidente estaría demostrando que sus motivaciones para apoyarse en los nacionalistas vascos son otras que la mera aritmética parlamentaria. Y demostraría que el PSOE piensa que es más aceptable pactar con los hijos del terrorismo que con el centroderecha.
Las perspectivas electorales para el 28-M hacen aún más pertinente este eventual cambio de dinámica en Navarra.
Porque según el promedio de encuestas para el parlamento autonómico, la socialista y actual presidenta María Chivite podría reeditar su alianza con Geroa Bai y Contigo Navarra, pero necesitaría los escaños de Bildu para poder ser investida. Aun con el escaso número de diputados que los sondeos vaticinan para el PP, sus escaños serían suficientes para que los socialistas navarros no tuvieran que depender de los aberzales.
En lo que se refiere al Ayuntamiento de Pamplona, la opción de un pacto entre el PSN, Geroa Bai, Contigo Navarra y EH Bildu sería capaz de arrebatarle la alcaldía a la lista más votada, la UPN. Y estaría en manos del PSN, con el apoyo del PP, evitar la entrada de Bildu en el gobierno del consistorio.
La generosa oferta del PP se une a la proposición no de ley con la que el Grupo Popular en el Congreso instará al Gobierno a "romper de manera inmediata y definitiva los acuerdos que mantiene actualmente y a no promover pactos, ni establecer ningún tipo de acuerdos de gobernabilidad o de cualquier otro tipo, con partidos políticos que tengan en sus estructuras o que hayan incluido en sus candidaturas para cualquier proceso electoral, a personas que hayan sido condenadas por delitos de terrorismo, con independencia de que hayan cumplido sus penas".
Ambas iniciativas le sirven también a Feijóo para defenderse de la acusación de no querer acabar con el terrorismo que le lanzó el martes el presidente en el Senado. Ahora es Sánchez quien tiene la ocasión de demostrar también que quiere enterrar definitivamente ese oscuro capítulo de la historia reciente de España. Y nada mejor que un pacto de Estado entre las principales fuerzas constitucionalistas para hacerlo.