1. Cuando el viernes por la noche oí a Mariano Rajoy convocar elecciones en Cataluña pensé que el presidente del Gobierno se estaba jugando España a la lotería. “Dos meses no son suficientes para desmontar las estructuras clientelas del independentismo” decían muchos. ¡Como si cuarenta años de nacionalismo no se desmantelaran en dos meses pero sí en cuatro! Siento arruinar la fantasía, pero ni en dos, ni en cuatro, ni en doce. Pero entonces entendí.
2. El presidente ha convocado elecciones autonómicas. El independentismo no puede presentarse a ellas sin hacer el ridículo ni reconocer explícitamente que la independencia no se ha producido. Sin admitir que Cataluña sigue siendo una comunidad autonómica más. Una región de España que, además, lo seguirá siendo durante por lo menos cuatro años más.
3. La CUP ya ha anunciado que no se presentará a las elecciones. Albano Dante Fachin, de Podemos, ha declarado que presentarse sería una claudicación frente a Rajoy. Son buenas señales. El desconcierto el viernes por la noche entre las filas del resto del independentismo (ERC y PDeCAT) era también absoluto. ¿Qué pueden hacer?
4. Algunos independentistas llamaban al boicot, otros anunciaban paellas masivas para el 21 de diciembre, otros decían que no reconocerían el resultado de unas elecciones convocadas por el presidente del país vecino. A todos ellos se les indigestó la celebración de la independencia.
5. Lo dijo Artur Mas hace unos días en una entrevista al diario Ara: “No veo unas elecciones convocadas por el Estado a las que sólo se presenten partidos que quieren la dependencia del Estado”. La jugada de Rajoy les ha pillado con el paso cambiado. Es la peor opción para ellos.
6. Por supuesto, ERC y el PDeCAT pueden retorcer el argumento y vender la idea de que las elecciones son constituyentes. ¡Pero cualquiera le vende ahora esa moto al independentismo de base cuando ya se le ha dicho que Cataluña es independiente!
7. Es más. ¡Cualquiera le vende ahora esa moto al independentismo de base cuando las elecciones han sido convocadas por el Gran Satán en persona, Mariano Rajoy, después de cesar al Gobierno de la Generalidad en pleno!
8. “Ya se inventarán algo para presentarse. Los independentistas son muy imaginativos” dicen los más pesimistas. Mucha imaginación va a hacer falta para disimular una estruendosa bajada de pantalones como esa. Dudo mucho que las tragaderas del independentismo lleguen a tanto.
9. Al independentismo el cuerpo le pide batalla. No comulgará con ruedas de molino. Está por ver, además, que los diputados de ERC y el PDeCAT en el Congreso puedan mantener sus actas de diputado y seguir cobrando del Estado español sin perder la cara frente a sus votantes.
10. La única rueda de molino medio digerible que veo a corto plazo (y el plazo es muy corto porque el Gobierno, inteligentemente, ha precipitado los acontecimientos para evitar que el contrario tenga tiempo de organizarse) es la conversión de la ANC y Òmnium en partido político y su comparecencia en las elecciones.
11. Pero el problema sigue siendo el mismo. ¿Cómo reconocer unas elecciones autonómicas convocadas por un Gobierno extranjero?
12. La batalla de la propaganda ha empezado ya. Por eso hay que repetir hasta la saciedad que estas son unas elecciones autonómicas. Ni elecciones catalanas, ni elecciones constituyentes, ni elecciones a secas. Elecciones autonómicas. Una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez, hasta que al independentismo le sangren los tímpanos.
13. Es más. Las papeletas de voto deben incluir de forma preeminente, en caja alta y con una tipografía solemne, imperial y rotunda (como la Baskerville), el término ELECCIONES AUTONÓMICAS.
14. La única opción digna para el independentismo es el boicoteo de las elecciones. Colegios cerrados, piquetes, violencia, ayuntamientos negándose a ceder locales. En resumen: fascismo. El independentismo ya ha perdido la batalla de la imagen, esa que tanto valoran y en la que se basa toda su estrategia.
15. El independentismo ha mostrado mucha habilidad hasta ahora convocando grandes masas ciudadanas en momentos puntuales. Eso se ha conseguido gracias a una lluvia ingente de millones procedentes del presupuesto público. Millones de los que ahora ya no se dispone.
16. Pero eso ya no es relevante ahora. Porque no es lo mismo convocar a 500.000 personas un día concreto a una hora concreta que pedirle a esas 500.000 personas que se queden en la calle durante semanas. Porque en la calle llueve, hace frío y los ciudadanos tienen hijos que cuidar, trabajos que realizar, salarios que cobrar. Veremos qué tal va de resiliencia la burguesía catalana ahora que la independencia ya no le sale gratis total.
17. Es más. Hasta ahora, el independentismo ha podido reaccionar con rapidez a las acciones del Gobierno porque estas eran puntuales y muy espaciadas en el tiempo. La sensación, sin relación alguna con la realidad, era la de que el independentismo tenía el control de la situación.
18. Pero ¿qué hará el independentismo cuando el 155 provoque una cascada de detenciones, ceses, despidos, citaciones y ocupaciones de infraestructuras clave? Su capacidad de respuesta se verá desbordada. Demasiados focos de atención.
19. Es obvio que el independentismo no podrá evitar por medio de su respuesta habitual, las rápidas concentraciones callejeras estudiantiles y de la CUP, todo lo que va a ocurrir al mismo tiempo.
20. Para ello es necesario, obviamente, que el Estado cumpla su parte. Ejecutivo, legislativo y judicial. Si el Gobierno entra en el terreno del chalaneo, la batalla está perdida.
21. Podemos ha muerto. Que uno de sus diputados votara en blanco la declaración de independencia (probablemente Albano Dante Fachin) con el objetivo de evitar posibles consecuencias penales para los diputados de ERC y el PDeCAT que votaron sí fue la gota que colmó el vaso de la paciencia de muchos de sus votantes.
22. Ver a Montilla intentando hacerse perdonar su origen cordobés frente a aquellos independentistas que le desprecian como el mayor de los tontos útiles criados en cautividad en la comunidad catalana provoca vergüenza ajena. ¡Pero si estuvo a punto de ser linchado en Cataluña por los mismos a los que ahora acaricia el lomo! La dignidad no debería perderse jamás.
23. Hay que poner a Colau entre la espada de la Constitución y la pared de sus contradicciones. Porque el Ayuntamiento de Barcelona está obligado a ceder locales para la votación del 21 de diciembre y eso será visto como una traición por el independentismo cuyos votos ella intenta atraer. Toda la publicidad que se le haga a esa contradicción será poca.
24. Es vox populi en Barcelona que los grandes despachos de abogados (Garrigues, Cuatrecasas, Gómez-Acebo & Pombo) están recibiendo cientos de consultas para el traslado no ya de sedes fiscales, sino de centros de trabajo a otras comunidades españolas. Principalmente Madrid. La hecatombe económica para Cataluña es ya absoluta e insostenible.
25. La supuesta Cataluña independiente no ha recibido ni siquiera el reconocimiento de Quebec. A la hora de la verdad, y a pesar de todas las (multimillonarias) campañas de marketing, la realpolitik ha pesado mucho más que la estética y el romanticismo de las causas perdidas.
26. El independentismo fantasea ahora con una Administración paralela a la estatal. ¿Financiada con…? ¿Ejerciendo su poder a través de…? ¿Reunida en…? ¿Aplicando sus resoluciones por medio de…? ¿Protegida por…?
27. No hay que tenerle ningún miedo a esa Administración paralela que tanto asusta a la prensa madrileña. Soy catalán. Conozco a mis conciudadanos y sé de su aversión a la verdadera épica, la que cuesta dinero e incomodidades. Esa Administración paralela se diluirá como un azucarillo en pocas semanas. El Estado sólo debe aguantar el tirón y cegar sus vías de financiación. Su única posibilidad de victoria es que el Estado haga dejación de funciones. La única.
28. ¿Una Asamblea de Electos formada por 4.000 alcaldes y concejales de pueblo, dependiente de comunicaciones informáticas a distancia y sin líderes escogidos democráticamente ni organización centralizada? En pocas asambleas de la CUP han estado los que creen que eso es viable.
29. La Vall d’Aran ha convocado un pleno para este lunes en el que muy probablemente se decidirá el desacatamiento de la resolución del Parlamento catalán del pasado viernes. A la fantasmal Cataluña independiente ya se le empiezan a independizar las regiones.
30. Queda para los psiquiatras el análisis de cómo un puñado de burgueses catalanes de café con leche y ensaimada con nata se puso en manos de una horda de antisistemas con el grosor intelectual de un folio para obedecer sus órdenes a rajatabla, hundiendo la economía catalana en el proceso y quebrando la convivencia en Cataluña para dos o tres generaciones.
31. Y todo eso, atención, con el añadido de que las consecuencias penales recaerán sobre los burgueses de derechas, sobre sus vidas, su patrimonio y sus familias, mientras que los okupas del Parlament saldrán limpios de polvo y paja. Extraparlamentarios a partir del 21 de diciembre y sin acceso a los presupuestos públicos, pero en libertad. Que ya es mucho viendo lo que han hecho.
32. Las elecciones del 21 de diciembre sólo tienen dos posibles resultados. O Inés Arrimadas presidenta o la independencia. Y a esto último se llega por dos caminos. El primero es una victoria de ERC, si es que ERC se presenta a las elecciones. El segundo es una victoria de Podemos y Ada Colau.
33. Nunca en cuarenta años de democracia en España el voto útil ha sido más útil (y necesario) que ahora. No es la hora de los viejos socialistas. Un voto al PSC es un voto regalado al independentismo. Un voto a Colau es un voto y medio regalados al independentismo, que se lleva además de regalo la ciudad de Barcelona.
34. Hay que dejar de pensar en el independentismo como un leviatán formado por dos millones de héroes capaces de condenar a la ruina no ya a su país sino a sus familias a cambio de una utopía llamada república catalana. El independentismo es un gigante con los pies de barro y sólo el temor reverencial que le ha demostrado el Estado hasta ahora ha permitido su envalentonamiento.
35. Como ellos mismos dicen: Tu poder radica en mi miedo: si yo ya no tengo miedo, tú ya no tienes poder. ¿Gigantes? Molinos, hombre, molinos. Sólo que bien financiados.
36. Dicho lo cual. El Gobierno debe dejar de inmediato de escuchar los cantos de sirena de Soraya Sáenz de Santamaría, la gran derrotada por lo ocurrido durante los dos últimos años en Cataluña. Basta de especular voluntariosa pero estúpidamente con la creación de un catalanismo 2.0 formado por soberanistas moderados (incluso se ha sondeado a periodistas catalanes para que elaboren listas alternativas de catalanistas tibios).
37. Si el independentismo no se presenta a las elecciones, mejor. No hay que intentar, ni facilitar en lo más mínimo, que lo haga. Y menos aún con la trampa de una lista de moderados. Esto ha de acabar aquí. El 21 de diciembre. Y para ello, Soraya ha de ser marginada.
38. Me extraña ver a tanta gente interpretar la convocatoria de elecciones como una debilidad de Mariano Rajoy. Quizá la brillantez del movimiento ha sido involuntaria. Estoy dispuesto a creerlo. Pero si es así, bienvenido sea el acierto de su error táctico.
39. Le aconsejo al Gobierno español que se vaya olvidando de Santi Vila. Su moderación es sólo tacticismo. Quizás Vila no conduciría a Cataluña al abismo como ha hecho Puigdemont, pero sí eternizaría el problema catalán y perpetuaría el control catalanista de las estructuras políticas, educativas, civiles y sociales de la comunidad.
40. Este artículo es un análisis político de lo ocurrido el viernes. Penalmente, la reacción del Estado ha de ser firme e independiente de presiones y componendas políticas. El independentismo da por sentada una negociación con el Gobierno acerca de la rebaja de las condenas que puedan producirse durante los próximos meses (obviando la separación de poderes). Hay que lograr que pierda toda esperanza al respecto porque en eso se basa el 90% de su ánimo de batalla.