Yo, que nunca fui del politiqueo, me sorprendo a mí misma observando, una y otra vez, esa imagen de Monedero agarrando por los hombros a Sáenz de Santamaría. Y me sorprende también, la verdad, escribir sobre ello. Quizás lo hago porque a mí esta gente que toca sin necesidad me cae mal y me pone muy del hígado. El caso es que tenía que soltarlo.
Le llaman en los medios machista, condescendiente, paternalista. Y a mí lo único que se me ocurre es denominarle maleducado o gilipollas. No infravaloremos esta palabra por muy usada, ya que incluye el significado de todas las anteriores y algunas más. No se puede ser machista sin ser gilipollas, aunque sí a la inversa.
Como la persona visual que soy, no puedo dejar de imaginarme diferentes posibilidades ¿Agarraría Juancarlitos así a una mujer de 1,85? ¿Y a una judoka? ¿Y a la Viuda Negra? Pues quizás lo haría, no sé. La insensatez humana no tiene límite.
¿Y a un tío?
¿Y a un tío muy grande? Un Idris Elba, un Henri Cavill, un Jason Momoa (No puedo evitarlo, solo me vienen empotradores a la mente). Resumiendo, el colega no se pasaría un pelo con un bigardo capaz de arrearle dos hostias ante semejante despliegue de imprudencia. O sí, yo que sé.
Imagino la rabia de Soraya que, con todas las cámaras observando, no le podía arrear una patada en las bolas o decirle "deja de sobarme que te arreo". Mira que esta mujer ni me va ni me viene, pero qué capacidad de contención la suya. Yo le habría soltado un sopapo así me jugara mi futuro político o todo el Cola Cao del mundo.
Monedero, después de la que le ha caído, se disculpa diciendo "no me gusta la foto pareciendo el fuerte. Vayan mis disculpas". Hijo mío, no te enteras: no pareces el fuerte, más quisieras. Y vuelvo a imaginarme a Idris o a Jason, esta vez agarrando ellos y OYE, ME GUSTA. (Seguro que a Sorayita también le molaría esta variante).
Pareces un atontao cualquiera, de esos que tocan al que no quiere ser tocado porque no procede, porque no te han dado permiso, porque no se toca lo que no es tuyo, lección que no te enseñaron de pequeñito. De esos que se presentan en fiestas a las que no han sido invitados y habla de lo que a nadie le interesa.
Vamos, una persona sin modales, sin saber estar, sin elegancia alguna.
Me gustaría terminar este desahogo deseando, amigas y amigos, que no os dejéis agarrar por cualquiera, que se empieza por ahí y no se sabe dónde acaba la cosa. También espero que Juancarlitos haya aprendido algo de educación en estos dos días de machaque mediático.
Aunque no las tengo todas conmigo.