Hay vida más allá de los eslóganes de partido y los mensajes adocenados habituales en las redes sociales. Estos diez políticos han sabido aprovecharse de Twitter y generar debate a su alrededor con cada uno de sus tuits. Seguirlos es imperativo. Aunque sólo sea para saber de qué pie cojea el enemigo.
1. Jordi Cañas (Ciudadanos)
Un miura. Irónico, leído y con ese punto de chulería castiza que pone de los nervios a los catalanes independentistas, Jordi Cañas es uno de los activos más queridos por los simpatizantes, militantes y votantes de Cs. Es de esperar que su alejamiento de la primera línea política toque a su fin en breve y Cañas pueda, por fin, ejercer su magisterio chulapo desde un puesto a su altura.
2. Ester Muñoz (PP)
El Senado, la cámara "aburrida" del Parlamento, coge color cuando Ester Muñoz ejerce de portavoz de su partido, generalmente con el sano objetivo de arrearle un par de mandobles dialécticos al socialista o podemita de turno. Sus intervenciones suelen viralizarse en las redes en menos de lo que se tarda en decir "zasca" y a nadie le extrañaría que Ester Muñoz acabara, un día de estos, siendo elegida por Pablo Casado para más altas responsabilidades.
3. Gabriel Rufián (ERC)
Gustos aparte, a Gabriel Rufián hay que reconocerle su arrollador éxito en Twitter. A pesar de su oceánica demagogia y, sobre todo, de esa cobardía habitual consistente en retuitear a sus críticos para que sus seguidores independentistas les linchen sin que él deba mancharse las manos. Rufián, y no es la primera vez que lo digo, es el pícaro español de toda la vida, actualizado al gusto de la España profunda. Es decir de la Cataluña independentista. Rufián tiene su nicho de mercado y lo aprovecha. ¿Quién puede reprochárselo?
4. Isabel Díaz Ayuso (PP)
La flamante candidata a la presidencia de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Una popular a la que no puede acusarse de arrastrar los complejos que acogotaban, hasta el esperpento, al PP de Mariano Rajoy y Soraya Sáenz de Santamaría. Con ella al frente y como fiel escudera de Casado, el PP ha recuperado ese perfil que nunca debería haber abandonado: el de partido de derechas sin miedo a desafiar, mediante la razón pero también por medio de argumentos más emocionales, la superioridad moral de la izquierda.
5. Juan Carlos Girauta (Ciudadanos)
Girauta es el Galactus de Cs. Un devorador de mundos progres capaz de devorar con un solo tuit el mejor eslogan del PSOE o de Podemos y escupir luego el huesecillo en el ojo de su apabullado interlocutor. Sirva como ejemplo este tuit de respuesta a una Adriana Lastra que, recién llegada de una moción de censura pactada con golpistas, filoetarras, comunistas y racistas forales, acusaba a Cs de pactar con "la ultraderecha filofranquista". Dejársela botando a Girauta es, en fin, un deporte de riesgo.
6. Toni Cantó (Ciudadanos)
Servidor, al que Dios no llamó por los caminos de la oratoria y que por eso se dedica al periodismo escrito y no al audiovisual, admira a Toni Cantó. Lo reconozco. Cierto que su pasado como actor le otorga una clara ventaja respecto a otros oradores del Congreso de los Diputados menos hábiles con el lenguaje oral y corporal, pero aún así lo suyo es poco menos que abuso. Su cuenta de Twitter, en la que Cantó suele colgar sus intervenciones más exitosas, sigue la línea de las de sus compañeros anteriormente citados: los pasos atrás frente a la superioridad moral de la izquierda, ni para coger carrerilla.
7. Adriana Lastra (PSOE)
Que haya más políticos de derechas y de centro que de izquierdas en este artículo no es (sólo) cuestión de preferencias personales. Por razones que darían para otro artículo, los políticos socialistas suelen mantener un perfil bajo en Twitter y limitarse a repetir los eslóganes de su partido sin entrar en batallas dialécticas ni arriesgar más allá de lo recomendable. Adriana Lastra, sin llegar a los niveles de Girauta, es la excepción que confirma la regla. En ocasiones, hasta se le entrevé, como dicen los jerezanos, bicherío.
8. Santiago Abascal (Vox)
No es un secreto para nadie que las redes sociales, y el buen uso que ha hecho Vox de de ellas, han jugado un papel clave en el éxito de un partido sin infraestructura, sin presupuesto y sin altavoces mediáticos reseñables. La cuenta de Twitter de Santiago Abascal ha sido el eje de toda la estrategia en redes del partido y la encargada de señalar el sendero ideológico por el que luego caminarían buena parte de sus 165.000 seguidores.
9. Rosa Díez (UPyD)
A Rosa Díez le ha sentado bien, muy bien, haber desaparecido de la primera línea política. Su cuenta de Twitter es una de las más libres y vitriólicas de todo el panorama político español. La gran pregunta es… ¿en qué partido militaría hoy Rosa Díez si UPyD no existiera ya?
10. Teresa Giménez Barbat (UPyD)
La cuenta de Twitter más culta, informada y racional de todo el panorama político español. Eurodiputada englobada en ALDE (la Alianza de Liberales y Demócratas por Europa), Teresa Giménez Barbat lleva cuatro años trabajando de forma incansable en el Parlamento Europeo como portavoz de ese humanismo de la Tercera Cultura que defiende la idea de que las decisiones políticas deberían ser inseparables de un análisis científico de los datos y de los últimos avances y descubrimientos en el terreno de la neurociencia, la biología y la psicología, entre otras ramas de la ciencia. Además de como azote de un nacionalismo catalán cuyo único trabajo en el Parlamento Europeo consiste en intentar convencer al resto de eurodiputados de sus mentiras.
11. Pablo Echenique (Podemos)
Lo fascinante de la cuenta de Twitter de Pablo Echenique es que no sería muy diferente de como es en la actualidad si su más furibundo detractor de Vox la pirateara para publicar tuits parodia de los eslóganes y las ideas del secretario de organización de Podemos. La lista de retuiteados por Echenique en su cuenta de Twitter es, además, un verdadero quién es quién de la extrema izquierda española: El Intermedio, Ada Colau, algún escribidor de La Vanguardia de los que Enric Juliana protege bajo su ala de equidistante tolerable por el comunismo beato patrio, Jesús Cintora…