Ómicron, vacunas y test: estas son las nuevas reglas del juego
¿Cómo actuar frente a la sospecha de una posible infección por Covid? En primer lugar, y en ausencia de síntomas de gravedad, conservando la calma e intentando no saturar innecesariamente los centros de salud.
La escalada de casos de Covid-19 en plenas Navidades está colapsando nuestros centros de salud. La variante ómicron ha conseguido ser predominante en apenas unas semanas, demostrando una asombrosa capacidad de transmisión. En el escenario actual, cuesta encontrar a alguien que de una u otra forma no esté afectado por el virus. El que no está contagiado es contacto estrecho. Y el que escapa a lo anterior no consigue contar con los dedos de una mano a las personas que conoce en una u otra situación.
La nueva versión de sí mismo del virus ha vuelto a hacer jaque a nuestro sistema sanitario. Y ello en plenas fiestas navideñas. Hablamos de reuniones de amigos y compañeros de trabajo. De comidas en familia. De aglomeraciones en grandes superficies. Y de hartazgo. Sí, de hartazgo. Porque todos experimentamos el agotamiento ante una situación que dura ya demasiado y que puede desembocar en conductas no siempre sensatas.
Pero la situación actual dista mucho de la vivida el año pasado. Y dista para bien.
Este 27 de diciembre se cumplió un año desde que comenzó la vacunación contra la Covid-19 en España y en el resto de Europa. Desde que Araceli Hidalgo, a sus 96 años, recibiera en nuestro país la primera vacuna se han administrado ya más de 84 millones de dosis. Esto nos sitúa en los primeros puestos internacionales de inmunización. Un éxito que ha sido destacado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y en el que las enfermeras españolas han desempeñado un papel fundamental.
Es esa vacunación la que ha cambiado las reglas del juego frente al virus. Porque hoy, a diferencia del año pasado, y aunque el virus se transmite a mayor velocidad, la mayoría de los contagios son leves y la persona enferma lo vive en su casa como se han vivido hasta ahora los resfriados. La única diferencia es que ahora se extreman las medidas para no contagiar a los demás. Hablamos de aislamiento y cuarentena.
Los tests de antígenos han introducido un elemento en el sistema al que no estamos acostumbrados y que ha generado confusión entre los ciudadanos
Una cuarentena cuya duración, por cierto, podría reducirse durante los próximos días si seguimos las propuestas del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC).
La comercialización de los test de antígenos en las farmacias es otra de las novedades de este año. Estos tests han permitido a muchas personas detectar la infección en su hogar y adoptar las medidas oportunas para evitar la transmisión de la enfermedad. Pero no es menos cierto que también han introducido un elemento en el sistema al que no estamos acostumbrados y que, por tanto, ha generado cierta confusión entre los ciudadanos.
Además, la escasez de tests y la escalada de precios en las farmacias ha llevado a que muchas personas que habían tenido relación con un positivo, pero que no mostraban síntomas, acudieran a sus centros de salud para que se les realice la prueba, lo que ha contribuido al colapso de estos. Y todo ello, sólo para conseguir cierta tranquilidad.
Debemos recordar que un resultado positivo en el test de antígenos se considera siempre como un sí. Pero que un no podría ser un tal vez. Ante un resultado positivo no cabe duda alguna: usted está infectado y, a partir de ahí, y si no presenta síntomas de gravedad, deberá comunicarlo por teléfono al número habilitado para ello en su comunidad autónoma y seguir sus instrucciones.
Acudir al centro de salud en busca de una confirmación que ya tiene no cambiará el diagnóstico o el pronóstico. Mejor quedarse en casa, mantener la calma, seguir las indicaciones de las autoridades sanitarias y asumir la situación.
La recomendación de repetir el test varias veces a la semana como medida preventiva no es factible dada la escasez y los precios que se barajan hoy
Si el positivo convive con otras personas y estas han dado negativo, se recomienda emplear mascarillas FFP2, que se ajustan mejor a la cara y que evitan la propagación de aerosoles, dentro de la casa. Además, las FFP2 tienen mayor capacidad de filtración y, por lo tanto, protegen más al resto de convivientes.
Caso aparte es si existen síntomas de gravedad, como dificultad para respirar o dolor torácico. Entonces el infectado debe ponerse en contacto por teléfono con los servicios de urgencias o acudir directamente a ellos.
Pero pasemos al caso negativo. Si no se presentan síntomas, pero se ha hecho el test de antígenos por precaución, hay que saber que son muchos los positivos que no se detectan (estas pruebas son especialmente útiles cuando existe sintomatología). Es más, incluso cuando hay sintomatología conviene esperar unas horas antes de realizar la prueba para obtener un resultado más fiable.
Por tanto, y como decíamos antes, un no es un tal vez.
La recomendación de repetir el test varias veces a la semana como medida preventiva no es factible como medida generalizada para toda la población dada la escasez y los precios que se barajan hoy.
Nos encontramos en un escenario muy distinto al de la primera ola. Por tanto, debemos pedir paciencia a la población y que se mantenga la calma a pesar de las incomodidades. Nuestros profesionales sanitarios lo necesitan más que nadie.
*** Florentino Perez Raya es presidente del Consejo General de Enfermería de España.