Joe Biden frente a Vladímir ‘Putler’
Joe Biden puede decir que ha contribuido decisivamente a la ejemplar respuesta de Occidente que pone contra las cuerdas a Vladímir Putin.
“Somos una nación de muchas nacionalidades, muchas razas, muchas religiones, unidas por una sola unidad. La unidad de la libertad y la igualdad. Quien pretenda oponer una nacionalidad a otra pretende degradar todas las nacionalidades”.
La frase anterior parece dicha en 2022. Pero fue pronunciada el 1 de noviembre de 1940 por Franklin D. Roosevelt, cuando Estados Unidos estaba cerca de entrar en la Segunda Guerra Mundial.
Hoy puede ser irresponsable asegurar que va a estallar la Tercera Guerra Mundial, pero es inevitable ponderar la posibilidad de que así sea. Porque estamos ante el mayor peligro para el orden mundial liberal desde que Adolf Hitler invadió Polonia. Los paralelismos entre él y Vladímir Vladimirovich Putin (‘Putler’) son escalofriantes. La historia tiende a repetirse.
82 años después del discurso de Roosevelt, ocupa el Despacho Oval de la Casa Blanca Joe Biden. El actual presidente estadounidense podría firmar la frase que abre este artículo y esta seguiría sonando actual. A diferencia de otras naciones, España entre ellas, aquí sí cabe lo de “nación de muchas nacionalidades”.
Los padres fundadores dieron en el clavo con el nombre: Estados Unidos. Los estados de Florida, Arkansas y Nueva York, por citar algunos ejemplos, no pueden ser más distintos entre ellos. Ingleses, holandeses, alemanes, irlandeses, italianos, españoles e hispanoamericanos son parte de lo que hoy conocemos como Estados Unidos.
[Ni hablar, eso sí, de las religiones. Con Joe Biden, por ejemplo, estamos apenas ante el segundo presidente católico en la historia de los Estados Unidos].
"Si analizamos sus políticas, y no la propaganda, Biden es más bien de centroderecha"
Tras el terremoto, para bien o para mal, que significó la presidencia de Donald Trump, su sucesor ha tenido que sudar para reagrupar al país en torno a un proyecto común. No lo ha tenido fácil. De hecho, difícilmente podríamos decir que ha tenido éxito en su primer año de mandato.
Ahí están los números. Biden tiene en los sondeos el apoyo de sólo un 35% de los estadounidenses. Y eso, a pesar de ser de un hombre de centro.
De hecho, si analizamos sus políticas, y no la propaganda, Biden es más bien de centroderecha. La política americana no funciona con el mismo espectro ideológico que el resto del mundo.
Para muestra, uno de los puntos del discurso del estado de la Unión de este martes. Yendo en contra de la ola socialista de su partido, Joe Biden dijo que a la policía hay que financiarla, no retirarle el presupuesto. Los aplausos fueron totales en el Congreso. Aplausos bipartidistas.
Fue uno de los varios aplausos generalizados durante su informe de rendición de cuentas anual.
"Washington, y en cierta forma Londres, alertaron desde el primer momento de cuáles eran las intenciones de Moscú"
Como era de esperar, uno de los puntos de ese informe fue el de la atroz invasión de Ucrania.
Biden sacó pecho por la decisiva y unitaria respuesta del mundo libre ante la andanada imperial del acosador ruso. Washington, y en cierta forma Londres, alertaron desde el primer momento de cuáles eran las intenciones de Moscú.
Bruselas, temerosa, fue inicialmente tibia. Algunos, como Gerhard Schröder, presionaron en Berlín. En Italia y Bélgica temblaron por la pérdida del volumen de negocio generado por los oligarcas rusos.
También aparecieron en Europa los tristemente célebres comunicados deeply concerned (en español, “profunda preocupación”), las luces en los edificios con la bandera ucraniana y las bendiciones a través de las redes sociales.
Sin embargo, Bruselas reaccionó en unas pocas horas y el mundo libre mostró un frente unido como no se veía desde hace mucho tiempo.
"El Partido Republicano tendrá mucho más difícil seguir apoyando las andanadas del trumpismo"
Joe Biden puede decir que ha contribuido decisivamente a la ejemplar respuesta que hoy pone contra las cuerdas a Putin. La medalla se la lleva, como no puede ser de otra manera, el Capitán Ucrania, Volodymyr Zelenski, y los ucranianos que ridiculizan al presuntamente poderoso ejército ruso.
Ahora, el presidente estadounidense tiene que mostrar su liderazgo en un reto aún más difícil. El de unir a su ciudadanía, profundamente dividida. El discurso del estado de la Unión de este año fue un primer gran paso en ese sentido.
Después de este martes, el Partido Republicano tendrá mucho más difícil seguir apoyando las andanadas del trumpismo. El mismo que sigue perrunamente a quien no tiene reparos en admirar a Vladímir ‘Putler’ por la invasión de Ucrania.
*** Francisco Poleo es analista especializado en Iberoamérica y Estados Unidos.