Cuando Vox decidió ser el club de fans de Marine Le Pen
El populismo son los instintos primarios en bruto, el pensamiento sin definir. En Vox están en esa fase rebelde en la que no esconden las malas amistades.
No se puede pretender que te tomen en serio en España y viajar a París para fotografiarte con Marine Le Pen. Más si pierde. ¿A qué mente lúcida se le ocurrió en Vox? En vez de idea de Kiko Méndez Monasterio parece decisión de un sábado de copas y un "no hay…", que es lo contrario al orgullo español. Se fueron Macarena Olona y Jorge Buxadé al camerino de Le Pen como adolescentes y se fotografiaron sonrientes los tres porque en Vox son fans de esta señora que es enemiga de todo español.
Primero, por antieuropea. Segundo, por votar a favor de mantener la inmunidad a Carles Puigdemont en el Parlamento Europeo. Tercero, por querer marcar todos los productos alimentarios que no fueran franceses y sancionar agrícolas españoles después. Si eso es lo que Vox entiende por patriotismo, Dios nos libre de él.
Cuánta torpeza cosmopaleta en una sola fotografía. Piensan que todos aquellos que venden la revolución en sus países son sus aliados. Los enemigos de mis enemigos son mis amigos y eso no siempre es así. Pero a ellos les da lo mismo que la revolución sea a la izquierda o a la derecha con tal de que sea la suya. Así marcharon Olona y Buxadé el domingo porque el caso es hacer la revolución y que te firmen un autógrafo en el pecho.
En Francia son muy de inmortalizar las cosas para la posteridad con un pecho al aire. La política de nuestro tiempo es asunto de cosmopaletos. Acuérdense de Pedro Sánchez fotografiándose como un adolescente deslumbrado rodeado de sus escoltas por primera vez en Nueva York. Todo populismo es un adolescente sin madre y con el padre ausente. Son populistas porque no tienen a nadie que les diga aquello de "si todos tus amigos se tiran por un puente…".
El populismo son los instintos primarios en bruto, el pensamiento sin definir. En Vox están en esa fase rebelde en la que no esconden las malas amistades y presumen de ellas en casa como cuando en Podemos se iban a tomar el té a Caracas o a Irán mientras presumían de gay friendly en Madrid.
"El populismo es la pornografía política de nuestro tiempo"
Lo único positivo que tiene es que no se tapa. El populismo a lo largo de la historia lo que necesita son masas como un hongo la humedad. Se fotografían con Le Pen y lo suben a redes para que lo vea todo el mundo porque darle tres besos únicamente no habría sido suficiente.
Necesitan hacer creer que la señora Le Pen, que está en contra de enviar armas a Ucrania como Yolanda Díaz, Irene Montero, Ione Belarra y los cursis de la "diplomacia de precisión" porque les cae mejor Vladímir Putin, es la socia ideal para los problemas de España. Escribió alguien en Twitter que todos los patriotas españoles deseaban la victoria de Marine Le Pen en Francia. "Ni mucho menos", respondía Girauta.
El populismo es la pornografía política de nuestro tiempo. Tipos sin ninguna vergüenza que se pasean con Maduro, con Putin o con Le Pen. Yolanda en Podemos y Macarena en Vox. Vírgenes patronas del populismo español. Las dos caras del mismo problema. Un problema que no era pararle los pies en Francia a Le Pen es el 42% de apoyo que recibió. Un creciente apoyo social que puede dejar países partidos por la mitad.
Decía el francés André Gide aquello de "los extremos me tocan". Bien. Ahora los extremos políticos lo único que hacen es tocarnos las narices a los que todavía creemos que la democracia consiste en la libertad de no tener que comulgar con xenófobos, vendedores de crecepelo que se dicen hombres de Estado y con las amistades peligrosas que les da por echarse a los populistas cada vez que salen de España.
*** Guillermo Garabito es periodista.