Joe Biden anunció en Madrid el envío de dos destructores más a España. Más tropas en Polonia, en Rumanía y en los bálticos. Más escuadrones de F-35 en Reino Unido. Etcétera. El mensaje se entiende con facilidad. Si Vladímir Putin tienta a la suerte, si decide que no basta con Ucrania, que merece la pena intentarlo con Lituania, Estonia o Polonia, tendrá a los Estados Unidos, Francia, Reino Unido y España, y a todos los demás, dispuestos a combatir.
Pero hay algo más. La OTAN ha establecido un nuevo concepto estratégico, y en este nuevo concepto estratégico Rusia pasa a figurar como la amenaza “más directa” para la Alianza y China aparece como un "desafío sistémico para la seguridad euroatlántica".
Vamos a zambullirnos en el asunto, vamos a tratar de anticiparnos a la historia y vamos a mirar atrás, a la Primera Guerra Fría, en busca de referencias. En esta primera parada me acompaña Nicolás de Pedro, senior fellow del Instute of Statecraft de Londres y colaborador de EL ESPAÑOL. Un recorrido por el auge y caída de la Unión Soviética, y por los paralelismo que se pueden trazar con China.
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