Sobre el bombardeo de Kiev, la presión fiscal y la exposición Picasso/Chanel

La jornada estuvo marcada por el ataque con misiles sobre Kiev y otra decena de ciudades. Una atroz venganza de Vladímir Putin por la voladura del puente de Kerch del pasado sábado.

Por otro lado, el aumento de la presión fiscal en la era Sánchez deja en agua de borrajas el argumentario con el que la izquierda pretende justificar su voraz política tributaria.

Y, en el plano cultural, EL ESPAÑOL-magasIN reseña la exposición Picasso/Chanel, una muestra sin parangón que explora la colaboración profesional y artística entre el pintor Pablo Picasso y la modista Gabrielle Chanel.

Bombardeo de Kiev.

Putin desprecia las leyes de la guerra

Kiev se despertaba ayer bajo el estruendo de las sirenas antiaéreas. Rusia ha bombardeado el centro de la ciudad, y ha lanzado misiles sobre otras diez urbes ucranianas, como Dnipro, Zaporiyia o Leópolis. La de este lunes ha sido la mayor andanada de ataques rusos aéreos en meses, dejando al menos una docena de muertos y más de ochenta heridos por todo el país.

Después de que este sábado Ucrania hiciera estallar un tramo del puente de Kerch, era esperable que Vladímir Putin, en su temple orgulloso y vengativo habitual, tomara pronto represalias. Pero es evidente la asimetría existente entre sabotear una infraestructura estratégica de interés estrictamente militar, y abrir fuego contra seres humanos. En una localización, además, en la que no hay activo ningún frente bélico.

El de ayer ha sido el primer asalto a Kiev desde que fue asediada al comienzo de la guerra. Y la primera actuación del recién nombrado Sergei Surovikin, un comandante con fama de carnicero apodado 'General Armagedón' por su crueldad. El atentado prueba que Putin desprecia las convenciones más elementales que regulan los conflictos armados. Una ferocidad ajena a cualquier noción de derecho internacional humanitario.

Después de la masacre de Bucha, Moscú aseguró que sus hostilidades sólo se dirigían contra objetivos militares. El atroz ataque sobre Kiev demuestra que Putin mentía una vez más. Y que su comprensión de la invasión es la de una guerra total que no entiende de proporcionalidad ni distingue entre combatientes y civiles.

María Jesús Montero.

Fiscalidad: más esfuerzo y más presión

La aprobación del nuevo paquete tributario por el Gobierno y la presentación del anteproyecto de Presupuestos culminan el hachazo fiscal con el que el Ejecutivo de Pedro Sánchez ha identificado su política económica.

Para justificar la aprobación de unos nuevos impuestos que merecen el apelativo de confiscatorios y la subida de las cotizaciones sociales, el Gobierno ha venido esgrimiendo el manido pretexto de que España presenta una menor presión fiscal que la media europea.

Lo primero que cabe replicar a este argumento es que el parámetro que realmente importa para calibrar la magnitud de los gravámenes es el esfuerzo fiscal. Y en este indicador, que mide la relación entre la presión fiscal y la renta per cápita, España sale perdiendo. El esfuerzo fiscal de los españoles está por encima de la media de la UE. En un país con elevados niveles de desempleo y un menor número de contribuyentes, la incidencia recaudatoria del Estado en la economía es mucho mayor.

Pero, aun dando por bueno el argumento de la presión fiscal, este ha dejado sencillamente de ser cierto. Como informa hoy EL ESPAÑOL, la presión fiscal ha subido casi cinco puntos desde que Sánchez llegó a Moncloa. En 2023, España prácticamente se equiparará a la media de la Unión Europea, que es del 41,3% del PIB.

Aumentar la presión fiscal para aproximar la recaudación a la media de los Veintisiete es una imprudencia mayúscula en un contexto de crisis energética, inflación disparada y pronósticos de recesión. Ya no hay excusas posibles para seguir exprimiendo a los españoles.

'Mujer frente al mar', de Picasso.

Picasso y Chanel, reunidos 100 años después

El Museo Thyssen inaugura hoy la exposición temporal Picasso/Chanel. Esta retrospectiva recoge las colaboraciones entre el genio de la pintura universal y la celebérrima diseñadora, para reconstruir una de las relaciones artísticas más fecundas del siglo XX.

Esta exposición única incluye una rica selección de vestidos, óleos, dibujos y otras piezas que acreditan que la vanguardia en el arte y en la moda fueron de la mano. Y supone la mejor apertura posible del 'Año Picasso' que conmemora el 50 aniversario de la muerte del pintor.

La muestra es especialmente pertinente en un momento en el se cierne sobre el creador del cubismo la amenaza de la cultura de la cancelación del neopuritanismo progresista. Comprobar que Picasso trabajó codo con codo con Coco Chanel, que liberó a la mujer de indumentarias opresivas y modernizó la indumentaria femenina, acaso sirva para aliviar el sambenito de misógino contumaz que pesa sobre el artista.

*** El Merodeador es el seudónimo colectivo de la sección de Opinión de EL ESPAÑOL integrada por Cristian Campos, Jorge Raya Pons y Víctor Núñez.