Ninguna ley de PSOE y Unidas Podemos ha causo tanto ruido y daño para sus expectativas electorales como la ley del sólo sí es sí. Los resultados más visibles son las reducciones de condena a cientos de agresores sexuales. Mi compañero Javier Corbacho lleva la cuenta. Son unas 400. Pero el goteo es constante.
Esta ley nació de la indignación que causó la brutal violación de una chica en Sanfermines, a manos de quienes fueron conocidos como la Manada. Con la coalición de PSOE y Podemos en el Gobierno, aceleraron su aprobación. En el Parlamento, consiguieron un enorme respaldo. Incluido el de Ciudadanos o el del PNV.
Irene Montero, como todo su equipo de Igualdad y Unidas Podemos, considera que la ley de Libertad Sexual se debe mantener tal y como está. Porque asume que el problema no es de redacción, sino de aplicación. Y admite que, aunque se modifique el texto, no se alterará el beneficio a los miles de presos por delitos sexuales en España.
Pero las elecciones autonómicas y municipales quedan muy cerca. Y a Pedro Sánchez, a pesar del consenso inicial, le entran las prisas para reformar la iniciativa más impopular en lo que lleva de legislatura. Me acompaña Luis Casal, reportero de Nacional y buen conocedor del entorno, para analizar el estado de la cuestión.
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