Querido Ramón: ya sabes que yo, en la medida de lo posible, siempre intento cumplir tus deseos. Ayer lamentaste en el Congreso la debilidad de la Transición, la ausencia del espíritu del 78. Hoy, esta mañana, el consenso ha resucitado. Y lo hemos resucitado para ti. Todos los periódicos, a uno y otro lado del río, piensan lo mismo: la moción de censura ha servido para fortalecer al Gobierno.
El director de la Real Academia Española de la Lengua anuncia en su entrevista con el ABC que, antes de fin de año, “habrá un diccionario de sinónimos de la RAE”. Dime cómo se llama lo que pasó ayer en el Congreso, Ramón: esperpento, astracanada, delirio, sainete, entremés.
Antes que las informaciones, voy a leer los editoriales, las opiniones de los periódicos. Un editorial es magia porque expresa la opinión de todo un periódico. Es la voz de un monstruo de mil cabezas. Abascal dijo ayer que ya estaban escritos e incluso pagados por el Gobierno y el PP. “Como las necrológicas en las neveras de las redacciones”, comparó. Escuché necrológicas, te miré y tuve miedo, Ramón. Ya podía haber escogido Abascal otro paralelismo.
Fijaos en la estrecha coincidencia. Vamos a ir de un lado a otro del río. Editorial de El País: “El Gobierno sale fortalecido del debate ante la inconsistencia argumental de Vox y del candidato a la presidencia. Vox se convierte en el mejor pegamento de la izquierda”. Al otro lado, ABC: “Vox da aire al Gobierno. La moción sirvió para que Sánchez pudiera tomar la palabra 173 minutos para rentabilizar su respuesta a un inexistente proyecto de gobierno alternativo”.
Cruzamos el río de nuevo a orillas de Moncloa. Editorial de La Vanguardia: “Ha dado al PSOE otra oportunidad para explayarse en el relato de sus realizaciones y para denunciar sintonías presentes o futuras de PP y Vox”. Ahora nos acercamos a la oposición con el editorial de El Mundo: “La moción sólo sirve al Gobierno y a la degradación institucional. Si Vox quería erosionar al Ejecutivo, lo que ha logrado es impulsar las opciones electorales del PSOE y de Yolanda Díaz”. EL ESPAÑOL: “Sánchez utiliza la moción de Vox para ayudar a Yolanda Díaz a imponerse a Podemos. La fallida iniciativa de Abascal permite al presidente relanzar su Gobierno y el proyecto de su vicepresidenta”.
Hay un análisis de Ignacio Varela en El Confidencial que sintetiza todos estos editoriales. Dice: “Durante estos años, el voxismo y el sanchismo han caminado de la mano como enemigos íntimos de referencia; siempre se necesitaron y se alimentaron recíprocamente. Así cristalizó una muy productiva sociedad de socorros mutuos”.
ALSINA–Los periódicos también están llenos de anécdotas, de todas esas cosas que no pueden verse por la tele.
José Peláez habla de todos esos diputados y ministros con rostro desencajado y cabezas a punto de explotar. También tuvo la vista puesta todo el tiempo en Tamames, que asistía atónito a las larguísimas intervenciones de Sánchez: “Había que cansar a Tamames, llevarle al límite, no dejarle ni orinar, desquiciarle con los tiempos, abrumarle con datos y un tedio abrasivo y despiadado, algo así como Michael Chang en aquel Roland Garros del 89”.
ABC le puso el crono a las intervenciones: Sánchez, 173 minutos; Yolanda Díaz, 65; Santiago Abascal, 70; Ramón Tamames, 68. Escribe Chapu Apaolaza: “Don Ramón fue a hablar y se fue hablado”.
Sin embargo, casi todos los medios coinciden en un servicio que sí hizo Tamames a la nación. Fue cuando interrumpió al presidente del Gobierno a mano alzada y le dijo: “Oiga, es que viene aquí con un tocho a responder sobre cosas que no he dicho”. Después se explayó sobre esto, Ramón. Y tiene razón.
Nunca nadie hizo tanto por la lectura como Pedro Sánchez. Leyó en público, sin dejar nada a la improvisación, durante 173 minutos. Un folio tras otro. Los iba colocando en la tribuna y tuvo que recogerlos con las dos manos cuando, por fin, decidió bajar.
Más cosas: cuenta Jorge Sáinz en Vozpópuli que hasta tres personas se echaron la siesta en la tribuna. Servidor publica en EL ESPAÑOL la foto de las piernas de doña Carmen, la mujer de Ramón, que fue sorprendida por un ujier del Congreso descalza y con los pies apoyados en el asiento de adelante. Ramón casi fallece sepultado por Sánchez, menos mal que le prepararon un despachito para echar la siesta en el receso de la comida.
Es tremenda, Carmen. Ahora, en un rato, volveré a sentarme a su lado. La miraré y le escribiré, aunque no llegaré a tanto como Umbral, que le dijo: “¿Recuerdas tú tus noches en el heno, escogiendo luceros en la paja? Yo te miraba en las mañanas rosa trasladando tus muebles y tu llama”.
*Esta es la revista de prensa que Daniel Ramírez realiza cada mañana para 'La España que madruga', en 'Más de Uno', el programa de Carlos Alsina en Onda Cero.